San Francisco, el camposanto con título, reclama cuidados

Hace 20 años que se incoó el expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento, a favor del cementerio de San Francisco. El reconocimiento llegó dos años después, en el 2000. En la lucha por esta puesta en valor tuvieron mucho que ver la Asociación de Amigos del cementerio y su presidente de honor, el escritor José Ángel Valente, también enterrado aquí. Pero dos décadas después, el camposanto en el que reposan los restos de intelectuales como Eduardo Blanco Amor, Otero Pedrayo, Ben-Cho-Shey o Xocas sobrevive un tanto desamparado, con una imagen de abandono en algunas partes del recinto que no hacen honor a su título de BIC y preocupan a los ourensanos y a los turistas. 

El Concello de Ourense anunció hace unos días que reforzaría el muro exterior del camposanto. Pero el cementerio pide a gritos una mejora integral. En su entrada, una placa desgastada–se instaló en el 2015–con los intelectuales enterrados en el camposanto y un mapa con su ubicación es la única referencia turística para el visitante. En el Día de Todos los Santos, a los familiares que visitan las tumbas se unen los turistas que esperan acceder a un recinto con el atractivo patrimonial y cultural prometido. Es un lugar muy querido y respetado. Tanto es así, que cuando se habló de cerrar el cementerio, el público respondió con fuerza. Gracias a los esfuerzos de la Asociación de Amigos, se abandonó la idea del cierre y se permitió que el cementerio permaneciera abierto a pleno rendimiento y, hasta el día de hoy, es un lugar de gran honor e historia para Ourense y todos sus habitantes", describe la Asociación Europea de Cementerios Singulares al camposanto de San Francisco, club selecto al que pertenece desde hace unos años, junto a otros 178 cementerios de 22 países.

"Se notan carencias"

"Siendo uno de los cementerios por excelencia, se notan carencias. Las zonas ajardinadas están mal cuidadas, está todo seco...La uralita del claustro ahí al fondo...", critica Carlos Álvarez, uno de los usuarios. Con cierto asombro, una mujer aparta con sus manos unos arbustos y comprueba que hay una inscripción totalmente escondida entre la hierba. "Pues vaya cuidado han tenido", murmura. Lo mismo ocurre en otras lápidas tapadas totalmente por la maleza.

"Es un lugar muy querido y respetado. Tanto es así, que cuando se habló de cerrar el cementerio, el público respondió con fuerza. Gracias a los esfuerzos de la Asociación de Amigos, se abandonó la idea del cierre y se permitió que el cementerio permaneciera abierto a pleno rendimiento y, hasta el día de hoy, es un lugar de gran honor e historia para Ourense y todos sus habitantes", describe la Asociación Europea de Cementerios Singulares al camposanto de San Francisco, club selecto al que pertenece junto a otros 178 cementerios de 22 países.