COMERCIO LOCAL

La segunda mano no arranca

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photo_camera "O meu meniño" está especializada en ropa y complementos de bebé, muchos prácticamente nuevos.

Solo algunas de las muchas tiendas de segunda mano que se abrieron en la ciudad con la crisis siguen existiendo. Las que sobreviven están especializadas e incluso parecen haberse repartido las opciones del mercado.

Las tiendas de segunda mano llegaron a la ciudad viendo en la crisis una buena oportunidad de negocio dentro de un mercado que era prácticamente inexistente hasta entonces. Sin embargo, con el paso de los años son pocas las que han sobrevivido y las que lo han hecho, parecen haberse repartido, sin quererlo, el mercado. Libros, ropa, complementos, material tecnológico... Hay donde elegir pero, a pesar de los grandes "chollos", el mercado no se comporta igual con todos los productos.

Diego Fernández es el dueño de "Rivendel", una tienda en la que se venden todo tipo de cosas y en la que se hacen incluso tasaciones a domicilio. Su negocio abrió en 2013 y reconoce que "la zona (rúa Ervedelo) es buena" y que "están contentos". Este es su segundo negocio de este tipo y explica que hay un auge en la actualidad, pero que "van abriendo algunas tiendas, otras cierran y al final somos dos o tres las que estamos siempre".

En la cara opuesta están las tiendas especializadas en moda de segunda mano, que apenas sobreviven en la ciudad. Un ejemplo es el de María Antonia Vázquez, dueña de "Reestrea" y que explicaba lo difícil que es el negocio en Ourense: "No es como en Inglaterra, Alemania y estos países, aquí la gente no quiere nada de segunda clase". Ella misma vivió en el país germano y argumenta que, a diferencia de allí, aquí es algo "embarazoso": "Tengo clientes que se esconden cuando ven a otros entrar", reconoce.

Vázquez explica que últimamente no cubre ni los costes, porque son muchos los que quieren vender y pocos comprar, algo en lo que coincide Kleidis Chire, dueña de la tienda especializada en ropa y accesorios de bebé "O meu meniño".

Chire, que abrió su tienda hace cuatro años "como una segunda alternativa a la situación que se avecinaba con la crisis y una solución a sus problemas", ya que entonces su hija también era un bebé. Sin embargo, ahora se muestra "desanimada" y explica el año especialmente malo que está pasando mientras muestra ropa, cunas, sillas y accesorios prácticamente nuevos e incluso con etiquetas.

Chire reconoce que la situación es "muy dura para todos" y que la falta de ayudas familiares y la inestabilidad política han perjudicado el negocio: "Hay una inseguridad total, la gente no quiere gastar porque no sabe qué va a pasar, la mayoría de las personas de Ourense son pensionistas de los que tira la familia y antes venían a comprar para los nietos cuando están en sus casas, pero ahora hay miedo". Chire justifica: "Esta gente viene de la guerra, ha pasado hambre y ahora escuchan que les van a quitar las pensiones y no gastan un duro".

Una sensación diferente se vive en "La Quinta", donde no son pocas las personas que se paran a ver los libros que Rita Garrido muestra en la entrada de su tienda. Vende mayoritariamente volúmenes especializados en historia y en Galicia; en su tienda y a través de internet, por donde muchos de sus libros acaban en Hispanoamérica, donde explica que hay "mucha colonia gallega" y estas temáticas son difíciles de encontrar.

Garrido, que ha ampliado los productos y ahora también cuenta con complementos, ropa o coches de Scalextric, reconoce que tiene mercancía de todo tipo que "ni sale a la venta" porque los clientes le piden que si consigue determinadas cosas les avise. También explica que algunas personas le llegan con material que no tiene más valor que el sentimental o con libros muy preciados, cuyos dueños no son conscientes. Por ello, cuando sucede algo así les avisa para ver si quieren seguir adelante con la venta.

La dueña de "La Quinta" también tiene anécdotas, como cuando le llegaron con una maleta llena de marcos con fotos procedentes de una herencia, con imágenes incluidas, o las personas que acuden con decenas de bolsos y ropa que muchas veces no acepta, porque están deteriorados: "Desde el primer día dije que quería una tienda de segunda mano, que no se note que es de segunda mano", explica. Quizá ahí se encuentra su éxito.

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