Barrios

Seixalbo celebra
 el centenario de 
su reloj parroquial

Seixalvo. 16/03/18. Reportaxe sobre o reloxeiro da igrexa da Parroquia de San Breixo de Seixalvo. Na foto Antonio Rivo e Jose Manuel Álvarez.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Antonio Rivo y José Manuel Álvarez, ante el reloj de la parroquia de Seixalbo.

Los vecinos colocarán una placa de recuerdo al antiguo párroco y los feligreses que lo instalaron 

La asociación de vecinos San Breixo y la asociación cultural Agromadas de Seixalbo organizan hoy un acto de conmemoración de los 100 años del reloj de la iglesia parroquial, a las 18,00 horas. En el mismo se llevará a cabo la colocación de una placa con el texto "Sendo párroco de San Breixo Luciano Evaristo Vaamonde, coa colaboración económica dos fregueses, colocouse o reloxo e a campá desta igrexa para servizo dos veciños", unido al recordatorio de que este 18 de marzo se cumple el primer centenario de la obra.

Manuel Herminio Iglesias, presidente de Agromadas, recuerda que "naquela época, no 1918, colocar un reloxo nun lugar público, sufragado por tódolos veciños, era unha cosa importante, porque nadie tiña acceso a un reloxo particular".

El de la parroquia de San Breixo funcionó, sin apenas mantenimiento, hasta los años 60, que requirió una reparación a fondo, ya que los cojinetes de bronce se gastaron, y fue un vecino de la localidad, Antonio Rivo, mecánico de coches retirado, quien "de forma altruísta fíxose cargo desa primeira reparación", según recuerda Iglesias.

"Fue en el año 69 o 70, el reloj estaba parado, así que desmonté los ejes y los casquillos, y lo recuperé", señala Antonio Rivo, que cuando se le pregunta si cobró algo por el arreglo, remarca que "lo hice por Seixalbo".

Años más tarde, en el 2002, otro vecino de la localidad, José María Álvarez, maestro industrial electricista, se encargaría de, sin tocar la parte mecánica del reloj, montar el mecanismo necesario para que cogiera cuerda en automático "y no hubiera que ir allí cada seis o siete días para darle cuerda", explica Álvarez.

Añade que elaborar ese programa específico para que el reloj pasase a automático "me llevaría entre 30 y 40 horas", porque, además, incluyó "la variedad de toques de campana que se utilizaba tradicionalmente, incluso con los matices correspondientes". Y se explica: "Antes, cuando sonaba un toque de campana de agonía, variaba según fuera mujer, viejo, joven... y los vecinos, así, especulaban al oir las campanadas sobre qué vecino podía ser".

Ese "lenguaje de las campanas" está recogido en el programa incorporado al reloj por José Manuel Álvarez, "aunque ya no se utilice, prácticamente, hoy en día", señala.

Ambos recibirán un homenaje especial durante la jornada de hoy en este acto de conmemoración, que también recordará la figura del antiguo párroco, Luciano Evaristo Vaamonde, "que foi promotor do templo da Veracruz carballiñés e morreu na pobreza", señala Herminio Iglesias.

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