CIUDAD

Un solar vecino, abandonado, deteriora el Museo Municipal

photo_camera Vista del inmueble en ruinas, anexo al Museo Municipal. (MIGUEL ÁNGEL)

El Concello ha tenido que hacerse cargo en varias ocasiones de la limpieza de este terreno

El pasado no resuelto parece empeñado en regresar, aunque para ello se revista de novedad. A finales del año 2001, todo parecía estar cerrado y listo para que el Museo Municipal añadiera a su espacio los aproximadamente 256 metros cuadrados de nueva superficie que le otorgaría la compra de la casa vecina. El Concello, entonces con Manuel Cabezas como alcalde, había llegado a un acuerdo con la propiedad del inmueble, prácticamente en ruinas, para adquirirlo por un importe de 144.242 euros. Pero unos meses después, en enero de 2002, apareció en escena un co-propietario que no había sido tenido en cuenta, y la operación de venta quedó totalmente bloqueada. Tanto, que 13 años después, el problema no sólo no ha sido arreglado, sino que se ha agravado.

El inmueble pegado al Museo Municipal, que sólo mantiene su fachada, de la época de los Reyes Católicos, según afirmaba el que fuera director del Museo, Juan Carlos Rivas, ha sufrido un enorme proceso de deterioro. El Concello ha tenido que hacerse cargo en varias ocasiones de la limpieza del solar y de pequeñas obras de mantenimiento, ya que su estado de abandono afecta al edificio del Museo Municipal, trasladando humedades a su interior y otros desperfectos. Aunque la cantidad invertida no se conoce con exactitud, el primer titular de Cultura de este nuevo gobierno municipal, Francisco González, antes de dimitir había manifestado la necesidad de retomar este asunto para conocer su situación actual y encontrar una solución.

El Concello intentaría llegar a un nuevo acuerdo para hacerse con la propiedad de la casa o, en caso de no poder hacerlo, buscar la fórmula para que los dueños se hagan cargo de los gastos de mantenimiento y paguen los desperfectos que su estado ruinoso pueda seguir produciendo en el actual Museo.

Este es uno de los asuntos pendientes que la nueva concejala, Belén Iglesias, deberá analizar para determinar los pasos a seguir en este asunto, bloqueado desde hace ya más de una década.

Pero no es el único problema pendiente que el Museo Municipal tiene por solucionar. Las tres plantas de las que consta el edificio no son aptas para las personas con problemas de movilidad.

Aunque hace algunos años se instaló un ascensor para paliar esta carencia en un edificio público, en realidad, nunca dejó de ser un montacargas.

Los ourensanos que acuden a las exposiciones llevan tiempo recibiendo como respuesta que "está averiado, la semana que viene funcionará". Así que ésta será otra de las deficiencias a las que deberá hacer frente la nueva edil de Cultura, para que el Museo haga accesible la cultura a todos.

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