VIVIENDA

La tasa de segunda residencia de Ourense es la más alta de Galicia

La crisis no ha impedido el aumento de las viviendas no principales, aunque gran parte se han comprado como inversión y se encuentran vacías

El fuerte peso del rural y el habitual apego a la propiedad inmobiliaria podrían ser dos de las razones que justifiquen el que Ourense sea la provincia gallega con más hogares tipificados como segunda vivienda. Con un rural incapaz de detener su sangría desertizadora, las casas abandonadas u ocupadas parcialmente durante algunas épocas del año siguen su particular escalada.

El 19,84% por ciento de los hogares ourensanos disponen de una segunda vivienda, según el Instituto Galego de Estatística (IGE), lo que en números absolutos supone un total de 25.984 hogares que son segunda residencia. En Lugo el porcentaje es de un 18,83%, mientras que la tasa baja tanto en Pontevedra como en A Coruña hasta un 13,62% y un 18,56%, respectivamente. La media gallega es del 17,10%, por lo tanto, por debajo del índice ourensano.

Estos parámetros determinan también la alta concentración de propiedades en pocas manos. Como segunda vivienda no solo se contabiliza una casa en las afueras o en la aldea, sino aquellas que se compran por trabajo, estudios o como refugio inversor, también en los espacios urbanos. Por lo que respecta a las razones por las cuales el porcentaje de segunda vivienda es tan alto en Ourense, Benito Iglesias, presidente de los empresarios inmobiliarios gallegos, hace dos consideraciones. Por una parte, cree que esas operaciones las protagonizó "una emigración que adquirió más de una propiedad como inversión a largo plazo y sobre todo focalizada en la capital de la provincia, sumada a su propiedad en su ayuntamiento de origen". Pero también influye "la movilidad laboral que traslada a personas desde su pueblo de origen a la ciudad, adquiriendo una vivienda, pero conservando su casa en origen".

De acuerdo con los datos del IGE, en Ourense ha crecido el número de segundas residencias en plena crisis, cuando la burbuja inmobiliaria depreció las propiedades y las transacciones cayeron en picado. En el 2010 el porcentaje era del 15,11% y cinco años después pasó al 19,84%. En números absolutos, entre ambas fechas el parque de segunda vivienda pasó de 20.817 a 25.984.

La Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) calcula que un 23% de las viviendas de la provincia están desocupadas, "lo que representa el mayor porcentaje de todo el país", sostiene el colectivo. Es decir, hay un alto porcentaje de equipamientos residenciales en manos de pocos propietarios. Aún en plena crisis económica en Ourense se incrementó la capacidad de ahorro y el desembolso en efectivo para adquirir viviendas.

Según el Banco de España, los ourensanos guardan en las entidades financieras más de 8.000 millones de euros, una cifra que subió durante la crisis de forma inversamente proporcional a los créditos (más de 3.000 millones), que siguen a la baja aunque la situación económica haya mejorado. En el caso de la compra de vivienda —en la mayoría de los casos, no por necesidad, pero sí como inversión— el 42% de las propiedades adquiridas el pasado año en la provincia se abonaron al contado, sin necesidad de suscribir préstamo hipotecario con las entidades financieras. 

El modelo de chalé adosado ya no tiene mercado

La crisis del ladrillo paralizó edificios, limitó inversiones inmobiliarias y dejó en barbecho el modelo de chalés adosados. Esta forma de construcción llegó a Ourense tarde, aunque de forma más ordenada que en otras provincias. "Es un mercado complicado para vender en estos momentos", dice José Fernández, de la inmobiliaria Galiurbe. Cree que en una provincia como Ourense , con un fuerte peso rural, esta modalidad se ha quedado "sin un potencial cliente y ahora es difícil que haya gente que se interese". Entre las razones está el que algunas urbanizaciones carecen de servicios complementarios como lugares de compras y tampoco tienen cerca colegios, equipamientos sanitarios o transporte público eficaz. 

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