OURENSE

Una tía del hombre vendido de bebé dice que no sabe nada

photo_camera Jaime Vilardell Prats es quien denunció al descubrir que su adopción no había sido legal (MIGUEL ÁNGEL)

El juez descarta citar al Obispado y a la Diputación y circunscribe la responsabilidad al cura y fallecido

El juez instructor de la querella por adopción ilegal en Ourense en el año 1972 ha optado por rechazar la petición del denunciante para que declaren en calidad de testigos representantes de Obispado y la Diputación provincial. Jaime Vilardell Prats, la persona que promueve el procedimiento penal al descubrir que su adopción no se había ajustado a los trámites legales y que sus padres adoptivos habían pagado dinero al capellán del Hospital Provincial en aquella época, había pedido al instructor esa declaración en tanto que cuando ocurrieron los hechos el hospital estaba gestionado por la Diputación mientras que el religioso implicado, Arturo Iglesias, formaba parte del plantel de sacerdotes de la Diócesis de Ourense.

No obstante, el magistrado Antonio Piña no lo considera oportuno dado el tiempo transcurrido, más de 40 años,y que la actividad presuntamente delictiva se circunscribió a un cura que ya falleció hace 30, según consta en la comunicación remitida por el Obispado de Ourense al juzgado.

El juzgado sí interrogó en calidad de testigo esta semana a la hermana de la madre biológica del denunciante. En su declaración, confirmó que su hermana, quien estaba soltera, estaba embarazada en 1972 y tenía escasos recursos económicos. La testigo asegura que no supo, tras dar a luz, si su hermana regresó sola al domicilio ya que ella vivía en otro pueblo cercano. Ante el juez, precisó que no sabe lo que ocurrió con el bebé y que nunca le preguntó. Justificó esta falta de interés en que “apenas se veían porque vivía en otro pueblo y trabajaban”, precisando que “entonces era complicado desplazarse” y apenas veía a su hermana.

También relató que conoció a Jaime Vilardell Prats cuando este último se presentó en Amoeiro para conocer a su madre biológica. Esta última, según añade la testigo, “reconoció que era su hijo pero no contó nada de lo que ocurrió en aquel entonces”. Asimismo, ignora su su hermana tuviera relación con el cura que medió en la adopción.

El denunciante basa su querella por los delitos de adopción ilegal, falsedad documetal y detención ilega en la documentación hallada en la casa de su madre adoptiva en Barcelona cuando ésta falleció. Entre los papeles, aparecieron cartas rubricadas por Arturo Iglesias en las que éste habla de bebés -“agua dulce”, “marquesitos”, marquesazo de primera”- para entregar en adopción. También hace alusión a entregas de dinero dadas por los adoptantes. En la casa también había una factura expedida por el Hospital Provincial con los gastos del parto de la madre biológica de Vilardell Prats de firmada por el capellán. Según sostiene el promotor de la querella, su progenitora le contó, tras conocerla, que le habían dicho que nació muerto si bien cuando declaró en el juzgado aseguró que no se acordaba.

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