Pese a que quería dedicarse al diseño gráfico, la ourensana Toña López orientó su trayectoria laboral hacia otro tipo de diseño: el de moda.
La modista lleva 25 años entre costuras, la mayoría en su local -el 14- de las Galerías Xesta. Su especialidad es el patronaje industrial y también trabaja el bordado.
¿Cómo comienza en el mundo de la costura?
Comencé con 18 años, anotándome a un curso de costura. Me gustó y me dediqué a ello.
¿Fueron difíciles los inicios?
No, para nada. Empecé en el taller en el que aprendí costura, estuve unos tres o cuatro años practicando en este centro hasta que me puse por mi cuenta. A mayores hice un curso de diseño y otro de patronaje industrial. Además, soy autodidacta y fui aplicando en mi trabajo todo lo que leía en libros de costura.
¿Qué evolución ha sufrido el sector en los 25 años que lleva?
Cuando yo empecé se confeccionaba la ropa a medida, de hecho ese es mi oficio. La gente fue dejando de hacer la ropa personalizada y empezó a comprar ropa industrial, adaptándola a su medida si lo necesitan. De un tiempo a esta parte, sí es verdad que la gente está volviendo a hacerse la ropa a medida. La gente ahora quiere las prendas acordes a su estilo para dejar de ir todos iguales.
¿Qué tipo de diseños le encargan?
Tenemos muchos encargos para bodas, tanto para los invitados como para la propia novia. También hacemos para primeras comuniones o bautizos. En general, confeccionamos todo lo relacionado con el mundo del bebé. Además trabajamos bordado, que ese es un campo infinito.
¿Y cuál es el éxito para mantenerse en el sector?
Intentar que la gente quede siempre satisfecha y hacer el trabajo lo más rápido posible.
Sobre los negocios que necesitan pedir un anticipo como garantía, ¿qué opina?
Cada uno tiene su política de trabajo, yo no lo considero oportuno porque afortunadamente nunca he tenido problemas y me sabría mal pedir un anticipo por un trabajo que todavía no he realizado.
