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El tráfico de armas se reactiva en la "raia" pese a los controles

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photo_camera Pistolas incautadas por la Guardia Civil durante una subasta en la Comandancia.

La policía lusa realizó 26.473 incautaciones, la mayoría pistolas y revólveres, durante el 2017

El tráfico de armas parece estar de nuevo en auge en la "raia". Al menos así lo sospecha la Guardia Nacional Republicana lusa que incrementó la vigilancia, en colaboración con la Guardia Civil, en toda la franja fronteriza para detener a los contrabandistas e incautarse del armamento. El cuerpo de seguridad luso destruyó durante el año pasado 26.473 armas de fuego, la mayoría pistolas, revólveres y escopetas, intervenidas en otras tantas operaciones, la mayor parte de ellas llevadas a cabo en el norte del país. Las última tanda de armas destruidas, un total de 3.133, aún es reciente, el pasado día 15, según dio a conocer el cuerpo de seguridad.

El auge del contrabando de amas se lo atribuyen, por un lado, a la inseguridad ciudadana, pero sobre todo a las nuevas tecnologías que permiten contactar con vendedores sin necesidad de realizar desplazamientos. El coronel de la GNR Fernando da Rocha, reconoce que se está trabajando en coordinación con la Guardia Civil para perseguir, tanto a los contrabandistas, como a cualquier otra persona que cometa un delito. En el cuerpo de seguridad luso aseguran que están muy atentos a la compra y venta de armas "y la vigilancia es una prioridad".

Solamente en los municipios de Montalegre y Chaves, ambos limítrofes con la provincia de Ourense, se estima que hay unas 40.000 armas de fuego, mayoritariamente pistolas y escopetas, que están de manera ilegal en manos de particulares.

Los agentes de la GNR, a la hora de realizar registros domiciliarios dentro de cualquier investigación, tienen encomendado que comprueben y busquen a fondo armas. Y las pesquisas suelen dar resultado, dado que solamente entre el pasado día 19 y el 25, según los datos que maneja Fernando da Rocha, se incautaron cuatro, que otros tantos conductores, todos portugueses, tenían ocultas en sus vehículos.

Los controles para combatir el tráfico de pistolas, revólveres, escopetas e incluso material explosivo, figuran en el orden del día de cada reunión que mantienen los mandos de los cuerpos policiales lusos con la Guardia Civil. Los encuentros se vienen sucediendo desde la década de los años noventa con el objetivo de intercambiar información para frenar la delincuencia en la "raia".

Armas ilegales en Ourense

La Guardia Civil tiene controladas 36.950 armas en manos de civiles en la provincia (196.000 en toda Galicia), la mayoría escopetas de caza, rifles, pistolas y revólveres. Pero en el Instituto Armado se estima que hay otras 9.000 que no están registradas y que esta cantidad aumenta cada año.

En el cuerpo declinaron ofrecer datos sobre el armamento intervenido durante el último año, pero lo cierto es que en la Comandancia, en el Destacamento de Armas, ya no hay espacio para custodiarlas. Unas las entregaron particulares -la custodia es gratuita-y otras son producto de intervenciones. 


Talleres para adaptar pistolas  que son vendidas por 200 euros


El Gobierno de Portugal, al igual que España, endureció en los últimos años la legislación para la adquisición y custodia de armas y material explosivo. De este último, hace tan solo 15 años, los vendedores se anunciaban en carteles en las márgenes de las carreteras.

La situación cambió, pero aún así a lo largo de la "raia" sobreviven múltiples talleres, en su mayoría herreros, que tienen su forma de ganarse la vida con el arreglo de pistolas, escopetas, revólveres y carabinas. El negocio también es aprovechado para fabricar armas aprovechando incluso empuñaduras de pistolas o revólveres de juguete o aire comprimido. Este tipo de pistolas, conocidas como "adaptadas", se pueden vender desde 200 euros o incluso menos, según fuentes de la Guardia Nacional Republicana.

Las transacciones se realizan en ferias y mercados de forma muy discreta, y en ellas siempre participa uno o más intermediarios que son los que garantizan, por un lado, la reputación del comprador y, del otro, la del vendedor. "Hace  años, el mercado era mucho más confiado, pero las sucesivas intervenciones provocan que ni el vendedor ni el comprador se fíen a la hora de cerrar el trato. Ya no es la primera vez que el comprador es un agente del orden", apuntaron fuentes de la GNR.

Pistolas nuevas

Una pistola sin sufrir ningún tipo de modificación se puede adquirir desde los 500 euros. Curiosamente, la mayoría de las armas llegan a Portugal desde fábricas españolas y francesas. Estiman que el mercado puede mover entre 400.000 y 500.000 euros al año a lo largo de los 300 kilómetros de frontera entre Ourense y Portugal. 

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