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Un regalo navideño en 1846

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photo_camera Puente de la Burga y antiguo matadero (años 30) Foto: Archivo Municipal.

A finales de los años 30 del siglo XIX (1836-39) se aprueba el proyecto de una obra imprescindible para el desarrollo de nuestra Auria: el muro puente de la Burga o, como se le llamo en los primeros tiempos, Puente Murallón de la Burga.

A finales de los años 30 del siglo XIX (1836-39) se aprueba el proyecto de una obra imprescindible para el desarrollo de nuestra Auria: el muro puente de la Burga o, como se le llamo en los primeros tiempos, Puente Murallón de la Burga.

Venía a sustituir al pequeño y poco útil para los tiempos que corrían Puente Sulla del Rosal, con el cual poco más se podía hacer que salvar las calientes aguas del arroyo de las Burgas (hoy canalizadas). Los carros en verano a duras penas conseguían vencer los desniveles que allí había, pero en los inviernos lluviosos de aquellos tiempos era una misión imposible. 

Ya en más de una ocasión os comenté que la entrada a nuestra ciudad de los viajeros de Castilla se realizaba por Bonhome-Prieto Nespereira-Plaza del Trigo-Plaza Mayor-Lamas Carvajal-San Miguel-Progreso-Ponte Vella. Como veis no era precisamente cómodo ni corto, pero la otra opción, que se acercaba hacia el convento de San Francisco, no era mejor, aunque cuando la mercancía era voluminosa no había más remedio. 

Aprovechando los planes para la construcción de la carretera que uniría Galicia con la meseta por el sur (Vigo–Villacastín), se incluye la construcción de este puente. A pesar de estar aprobado, la adjudicación no se llevó a cabo hasta diciembre de 1846.

"El Sr. Director General de Caminos con fecha 7 del actual me dice lo que sigue: 'A D. Francisco Murlanch digo…//… Ilmo. Sr. S. M. La Reina (Q.D.G.) en vista del acta de remate que ha tenido lugar en esa dirección general para la construcción de las obras de la carretera de Vigo comprendidas en la provincia de Orense…//…. Ha tenido a bien aprobar la adjudicación hecha a favor de Don Francisco Murlanch por la cantidad de seis millones quinientos treinta y seis mil reales...//… Orense 15 de Diciembre de 1846—Manuel Feijó y Río"

La obra, por su magnitud (180 metros de longitud, 70 pies de luz y tres arcos) exigió su realización por la administración y, como vemos en el edicto del jefe político (gobernador), Manuel Feijoo, se le concedió a la empresa Francisco Murlanch y Cía. Hubo que esperar a comienzos de los cincuenta (aprox. 1851) para que se pudiera darse por concluida. 

Como vemos en la fotografía que ilustra el artículo, las barandillas eran originalmente de perpiaño y el firme de tierra. Hacia 1930 se decidió empedrar el tablero y, quizás para aligerar la estructura (no creo que hiciera falta, la solidez del conjunto está más que demostrada), se cambió la barandilla por una de hierro, que muchos ourensanos consideraban peligrosa, y al cruzar el puente lo hacían intentando alejarse al máximo del borde. Esta barandilla salió de los talleres de fundición de Rogelio Fernández, y el amigo José Luis Guede me asegura que su abuelo Antonio Losada puso parte de la mano de obra. 

La última reforma fue la llevada a cabo en los noventa, por medio de la cual se aumentó el ancho de toda la calzada, dotándola de un carril más de circulación, para ello las aceras se convirtieron en voladizos (en la zona de la calle Desengaño fue imposible mantener el ancho de las aceras, a fin de permitir la circulación de vehículos por ella).

A hilo del tema, recuerdo haber leído hace poco un trabajo en el que se comentaba lo que es sin duda el antecedente de los problemas que actualmente tienen las empresas de transporte con los “ilegales”: "Ya en la Edad Media muchos campesinos completaban su renta haciendo transporte con sus mulas y carros para contrariedad del gremio de carreteros".

La fotografía de hoy procede de una postal que la editorial Castañeira Álvarez y Levenfield sacó al mercado hacia 1903. En ella podemos observar, además del puente en su formato original, la falta del colegio de las Josefinas, aunque seguramente el edificio primitivo ya estaba allí. Os recuerdo que inicialmente ese espacio lo ocupó la fábrica de curtidos de Francisco Sáenz, quien buscaba las calientes aguas de la Burga para agilizar el trabajo, si bien finalmente no me consta que llegara a funcionar. 

Lo que sí pude confirmar es que antes de ocupar y reformar ese espacio las Josefinas, ahí estuvieron las oficinas de la Eléctrica de Orense. Otro detalle de la foto es la presencia de la antigua casa de los Méndez Silva, donde creo que nació nuestro Padre Silva.

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