Una brigada del Concello los plantó de nuevo y reparó los destrozos
Los actos vandálicos ya parecen una constante en el casco urbano de la ciudad. En la noche del sábado, le tocó el turno a los árboles que crecían a lo largo de la calle Serra de Queixa, en el barrio de San Francisco.
La plantas amanecieron arrancadas y tiradas en el suelo, varias de ellas con desperfectos en las ramas y tronco. Los autores llegaron incluso a remover la tierra para sacar al exterior las raíces. No es la primera vez que estos árboles son arrancados y destrozados, según los vecinos, que en los últimos 10 meses vienen contabilizando actos vandálicos prácticamente todos los fines de semana.
Ya están sobre aviso y, ayer, uno de los residentes alertó de la situación a la Policía Local, que realizó el correspondiente informe, tras el que abrió un investigación para identificar a los autores.
Los agentes locales alertaron al Concello y una brigada municipal acudió de inmediato al lugar y plantaron de nuevo los árboles que no estaban partidos para impedir que terminarán secándose. Las plantas que estaban arrancadas fueron repuestas por otras. Los trabajadores también adecentaron el lugar en que están plantados y limpiaron los restos de tierra que quedaron esparcidos a los largo de la calzada.
Mientras, la Policía Local recabó información entre el vecindario por si se habían percatado o visto a los autores del acto de vandalismo con el objetivo de poder identificarlos. Los agentes tienen previsto intensificar la vigilancia en la zona durante las noches del fines de semana. El vandalismo en la ciudad supone un gasto de 135.000 euros cada año, dinero que sale de las arcas municipales. El alcalde, Jesús Vázquez, apeló el pasado mes de septiembre a la colaboración ciudadana para detener a los autores y obligarles a pagar los desperfectos.
