crónica

El rural reivindica sus tradiciones

¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Vilariño de Conso y sus invitados demostraron ayer que no hay cansancio ni miedo al frío cuando el Entroido se lleva en la sangre. 

La segunda jornada de la Mascarada Ibérica volvió a sorprender a público y participantes, con 42 grupos llegados de toda Galicia, Asturias, León, Cáceres, Cantabria, Guadalajara o Portugal, en una exhibición de las tradiciones más ancestrales de la cultura ibérica. Tras una larga tarde de fiesta en Viana , la mañana en Vilariño amaneció gris y con amenaza de lluvia, pero la irrupción de pantallas, bonitas, madamitas, galos, osos, diablos, y un largo etcétera de personajes  colorearon las calles y plazas de la localidad que, cada año, aglutina más curiosos llegados desde distintos puntos de la geografía. "Hubo mucha participación, se agradece la presencia de visitantes que, pese al frío, hayan venido a ver el desfile", destacaba la alcaldesa, Melisa Macía, quien reconocía el éxito de una celebración que, en solo cinco años, ha desbordado al municipio. "No crecemos más, porque no podemos. Tenemos grupos que nos llaman para participar, pero estamos limitando. Queremos seguir creciendo, pero organizados", reconocía.

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