OURENSE

Las ferias tradicionales agonizan y ceden el paso a grandes mercadillos

Feria
photo_camera (Foto: Miguel Ángel)

Sólo seis de las setenta que sobreviven en la provincia mantienen las transacciones de ganado, porcino fundamentalmente

Unas setenta ferias perviven en la provincia de Ourense, citas periódicas en pueblos, villas y comarcas que constituían no hace muchas décadas una llamada ineludible en el entorno del mundo rural. Si hace apenas 30 ó 40 años eran el corazón comercial de parroquias, villas, pueblos y comarcas, hoy en día apenas conservan retazos de lo que fueron, transformadas en su mayor parte en grandes mercadillos.

Apenas hay datos sobre su vigor e impacto económico. Antaño se vertebraban en torno a las transacciones de ganado, pero de las setenta ferias que aún figuran en el calendario provincial, sólo seis, según datos de la Xunta, conservan su ancestral movimiento ganadero: Castro Caldelas, Maceda, Manzaneda, Verín, Viana do Bolo y Xinzo. Están autorizadas para comeciar con porcino y vacuno, pero la actividad se centra en el porcino, a los que en Xinzo y Verín suma algún caballo. Los servicios veterinarios de la Xunta se ocupan del control de los animales.

Ejemplo de este declive y su transformación cada vez más en mercadillos lo constituye el 'Campo de la Feria', en Ourense ciudad. Perdió la venta de ganado en 1978, según constata la concejalía de Comercio, que dirige Juana Ageitos. Los progresivos controles que se impusieron a los animales de recría fueron apagando esta llama. Luego perdió el 'rianxo', la venta de productos de huerta, en buena medida cultivados por los propios vendedores, que se trasladó a la zona de la Plaza de Abastos, donde aún pervive con fuerza.

El Campo de la Feria mantiene puestos de mercadilo: ropa, todo tipo de géneros, curtidos, embutidos, pequeña maquinaria agrícola o de jardinería, ferretería. Sus clientes habituales son personas de Ourense y del entorno, con edades comprendidas entre 40 y 80 años, que en su mayoría ayudan a conservar la vertiente gastronómica de la feria, el pulpo y la carne ó caldeiro.

La otra cita ferial ourensana es el mercadillo que se forma en torno a la Plaza de Abastos y en las proximidades del Barbaña. Aparte del 'rianxo', aquí se instalan cientos de puestos de venta regentados en su mayoría por inmigrantes. La tasa que cobra el Concello es de 34 céntimos por metro cuadrado y día.

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