CRÓNICA

Pasión y fervor en toda la provincia

La Plaza Mayor de Ourense, término de la procesión del Santo Entierro, donde confluyeron  los paso que recorrieron las calles (JOSÉ PAZ)
photo_camera La Plaza Mayor de Ourense, término de la procesión del Santo Entierro, donde confluyeron los paso que recorrieron las calles (JOSÉ PAZ)

Viernes Santo y Sábado Santo son, quizás, dos de los días más pasionales de la Semana Santa. Por toda la geografía de Ourense provincia continúan sucediéndose los actos en honor  a la Pasión de Cristo.

Semana Santa es sinónimo de sentimiento, de pasión y de fervor. Son unos días donde numerosas localidades muestran a sus ciudadanos y al mundo entero algunas de sus costumbres más ancestrales en torno a la Pasión de Cristo.

Viernes Santo y Sábado Santo, dos de las fechas más señaladas en el calendario religioso de esta época del año, manifestaron en multitud de puntos de toda la provincia de Ourense distintos actos litúrgicos donde la solemnidad y el abrumador seguimiento popular fueron los grandes elementos en común.

Este fue el caso de la capital, donde el Viernes Santo supuso la celebración de la tradicional procesión del Santo Entierro, en la que circularon pasos de gran riqueza cultural e histórica: la Santa Cena, la Flagelación, Jesús Nazareno, el Santo Cristo del Perdón, el Santo Cristo de Ourense, la Piedad, la Cruz Desnuda, el Cristo Yacente y la Dolorosa, que recorrieron a última hora de la tarde varias calles del Casco Vello y el centro de la ciudad con la presencia del obispo, Leonardo Lemos, numerosos miembros de la corporación municipal ourensana y ante una grandísima afluencia de ciudadanos, que flanquearon la marcha con absoluto respeto. Con anterioridad, la Catedral, las parroquias y varias iglesias de la ciudad y su entorno celebraron la tradicional misa de la Pasión del Señor, acto litúrgico por excelencia del Viernes Santo.

Ayer, Sábado Santo, la Catedral albergó la Vigilia Pascual en la Noche Santa, un acto en el que se rememoró la resurrección de Cristo al tercer día. En el marco de esta celebración, se procedió al tradicional ritual de conceder los tres sacramentos de la iniciación cristiana -Bautismo, Eucaristía y Confirmación- a dos jóvenes adultos, un chico y una chica. Además de la Catedral, las parroquias e iglesias de la ciudad también celebraron por la noche sus respectivas Vigilias Pascuales, con una importante presencia de devotos en los templos.



Escenificación en celanova

El templo parroquial del Monasterio de Celanova estuvo abarrotado en la mañana del Viernes Santo, incluso con mucha gente de pie, para presenciar la tradicional escenificación del proceso contra Jesucristo y su crucifixión. Junto a los vecinos de Celanova, se pudo comprobar la presencia en el templo de personas procedentes de las cuatro provincias gallegas y muchos devotos procedentes de la vecina Portugal, según resaltaba el párroco, César Iglesias.

La representación, que ya se ha convertido en una cita obligada de la Semana Santa ourensana, tuvo una duración aproximada de hora y media, en la que se sucedieron los distintos capítulos evangélicos, desde la Última Cena a la oración en el huerto de los Olivos, la traición de Judas Iscariote, el juicio ante el sumo sacerdote Caigás, la acusación ante Poncio Pilatos, el camino del Calvario y finalmente la crucifixión. Participaron en la misma un total de 60 personas, bajo la dirección de Alfredo Dorado. El párroco destaca la entrega y el buen hacer de todos los que intervienen en la representación, destacando a Álex Diz, a quien correspondió interpretar el papel de Jesucristo. Diz llevaba diez años haciendo el papel del apóstol San Juan en la representación y este año asumió por primera el difícil rol del crucificado.

Por la tarde, a partir de las 20,30 horas, cientos de personas presenciaron la procesión del Santo Entierro por las calles celanovenses, integrada por cinco pasos y en la que participaron cerca de 150 cofrades, además de la Banda Municipal de Música y un grupo de tambores.

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