Galicia ve bien de cerca

Los españoles no tenemos vista de lince. Al menos eso parece desprenderse de los datos que arroja el Estudio de la Visión en España elaborado por Clínica Baviera, que determina que siete de cada diez españoles ven mal.

Así, los problemas más frecuentes que acusan nuestros ojos son la miopía (29 %), el astigmatismo (24,8 %) y la hipermetropía (7,8 %). Respecto a esta última, Galicia, con un 7,1 % de incidencia, se defiende bastante bien, aunque encontramos regiones donde su presencia es todavía menor, como la riojana con un 3,3 %.

Si ahondamos más en los datos de la hipermetropía, observaremos que ésta es más común en mujeres, pues afecta a un 12 % y solo a un 10 % de hombres. También las personas cuyo rango de edad oscila entre los 18 y 24 años —con un 16 %— son más propensas a padecerla. Por su parte, los mayores de 64 años apenas la sufren (9 %). Pero ¿en qué consiste la hipermetropía?

Este problema refractivo se manifiesta con un síntoma muy claro: las personas que la padecen perciben de manera borrosa los objetos cercanos, mientras que los situados en la lejanía se aprecian con claridad. Esto se debe a que la imagen de los objetos se forma en un punto situado detrás de la retina, cuando debería hacerlo sobre ella.

Otros indicios que nos hacen sospechar de que algo empieza a fallar en nuestra vista los encontramos en el picor y dolor de ojos, fatiga e incluso —en el caso de algunos jóvenes— en la aparición de orzuelos y en la inflamación de los párpados.

La hipermetropía, asimismo, tiene un cierto carácter hereditario, aunque evidentemente otras circunstancias adicionales pueden pesar en su desencadenamiento, como traumatismos o enfermedades corneales, e incluso la diabetes. No obstante, debemos tener presente que su prevención no es posible en la mayoría de los casos, pero sí su corrección.

Así, intervenir oportunamente resulta vital en el caso de los niños, pues si  este problema visual no se trata, puede derivar en patologías oculares como el ojo vago o el estrabismo. Si queremos corregir la hipermetropía será preciso el uso de gafas, lentes de contacto o algún tipo de tratamiento quirúrgico (en el caso de los adultos).

También las personas mayores deben estar atentas a la aparición de este problema. No en vano, en ocasiones la hipermetropía pasa inadvertida al ser confundida con la presbicia o vista cansada, pues sus síntomas son semejantes y este problema suele aparecer a partir de los 40 o 45 años de forma progresiva.

En definitiva, los expertos recomiendan una revisión oftalmológica para controlar que nuestra vista no presenta problemas que, a la larga, puedan derivar en uno mayor y de difícil solución. 
 

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