papeles del rock

50 años de "Music from big pink"

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Proporcionó a The Band esa personalidad propia que buscaban, esa entidad que a partir de entonces les haría convertirse en una de las realidades más firmes del rock americano

Podían haber sido simplemente la banda de acompañamiento de Bob Dylan, que no hubiera sido poco en cualquier caso, pero su talento, su imaginación y su destreza como músicos les llevó a ser una formación con un papel fundamental en la evolución del rock americano de los años 60 y 70, autores de maravillosas canciones y sobre todo, de un álbum debut cuyo valor histórico tenemos que reivindicar hoy. Medio siglo después de su edición el 1 de julio de 1968, 'Music From Big Pink' es una obra maestra que no ha envejecido y que se escucha con verdadero placer. 

Seis años antes, cuando todo estaba empezando allá por 1962-63, los Hawks,  

o los Crackers, como también se les conocía, eran una banda de rock´n´roll muy prometedora que solía llenar los ballrooms en los que tocaban como el grupo de acompañamiento de Ronnie Hawkins, pero era una suerte saber quiénes eran fuera de Toronto. De tal suerte que en 1964 Rick Danko, Garth Hudson, Richard Manuel, Robbie Robertson y Levon Helm decidieron decir adios a Hawkins y lanzarse a la aventura en Estados Unidos, primero bajo el nombre de Levon Helm Sextet, con el saxofonista Jerry Penfound, y luego por los de Levon and The Hawks y The Canadian Squires. Llegaron a grabar algunos singles, pero su éxito comercial fue prácticamente nulo, aunque sin embargo, su reputación como banda de rock sólida, contundente y muy bien engarzada creció y creció hasta llegar a oídos de Bob Dylan, quien convencido en 1965 que el rock era la música que heredaría la tierra y que no quería perderse la fiesta, se fijo en ellos. Dylan buscaba unos Rolling Stones americanos, y vio en The Hawks la formación que más se asemejaba a lo que estaba buscando. 

The Hawks fueron la primea banda eléctrica del autor de “Like a Rolling Stone” y a pesar de los malos tragos tragos que tuvieron que pasar ante la incomprensión y los ataques de los puristas del folk que consideraban a Dylan un traidor a la causa por electrificar su sonido, la química funcionó a la perfección entre ellos y gira tras gira, la compenetración entre ambas partes no hizo sino hacerse cada vez más fuerte. Hasta el punto de que tras el célebre accidente de motocicleta que Dylan sufrió el 29 de julio de 1966, durante su convalecencia, la banda se mudó a la mítica casa conocida como Big Pink en Saugerties, Woodstock -profético lugar: la localidad que acogió en agosto de 1969 el festival de rock más grande de la historia- para estar más cerca de él. Pero el regreso de Dylan, bien fuera porque en efecto su recuperación del accidente iba a ser mucho más larga o bien porque, como sostienen muchos dylanólogos, éste no quería volver al rock business en mucho tiempo, The Band allí, en la Big Pink, empezaron a trabajar por un lado, en piezas para Dylan, las famosas “Basement Tapes” que se editaron en 1975 como álbum de Bo Dylan y por otro, las canciones que construyeron la leyenda.

De 'Music From Big Pink', situado en el puesto nº34 de la lista de los 500 mejores álbumes de la historia del rock según la revista norteamericana Rolling Stone, se dijo en esta publicación en un artículo escrito nada menos que por Al Kooper: “Dylan se ofreció a tocar en el álbum debut de The Band, pero estos le dijeron educadamente que no, gracias. "No queríamos solo ser su banda, sabemos que quería ayudarnos, pero necesitábamos adquirir una imagen propia no tan asociada a Bob Dylan", dijo el batería Levon Helm. Dylan no obstante contribuyó con "I Shall Be Released" y co-escribió con ellos otras dos canciones, pero fue la belleza rústica de la música de la banda y el drama de sus propias reflexiones sobre la familia y las obligaciones, en canciones como "The Weight", lo que hizo que Big Pink, un clásico casero hecho en casa, se convirtiera en un álbum de culto”. De hecho, y a pesar de las palabras de Levon Holm, la portada del disco acabaría siendo un dibujo hecho por el propio Bob Dylan. 

Pero en cualquier caso, en efecto 'Music From Big Pink' proporcionó a The Band esa personalidad propia que buscaban, esa entidad que a partir de entonces les haría convertirse en una de las realidades más firmes del rock americano de aquella época. Por  supuesto, esa maravillosa canción llamada “The Weight”, ese rock californiano con sabor a country-blues que se recogió para la banda sonora de la película 'Easy Rider' ya por si sola daría a este disco el marchamo de obra maestra, pero la habilidad y la inspiración con la que hicieron una magnífica fusión entre el rock psicodélico y el blues progresivo en la inmensa “Chest Fever”, gracias al excelente trabajo de los teclados, igual que como sucede en el fabuloso piano eléctrico de “Long Black Veil”, otra de las mejores de este gran disco nos traen momentos de maestría quizá irrepetible en la historia del rock. Sin obviar la preciosa balada “Lonesome Suzie”, el feeling que transmite “We Can Talk”  o el rock arrastrado de “To Kingdom Come”, amen de las colaboraciones de Dylan, en especial “This Wheel's On Fire” y el siempre mítico “I Shall Be Released”. 

Multitud de influencias entrecruzadas puestas al servicio de canciones tranquilas, con melodías que rozan la perfección y sobre todo instrumentalmente muy trabajadas, que dentro de todo el rock psicodélico de la época, destacan por adquirir una personalidad propia muy acusada al incorporar elementos de esa psicodelia de manera matizada y perfectamente acoplada a unas composiciones rock, folk y blues más tradicionales. 

Coincide en esta apreciación el crítico de Rockdelux David S.Mordoh, quien escribió en 2002 para su revista la siguiente reflexión acerca de 'Music For Big Pink': “Fue el primer trabajo de un par perfecto, completado con el posterior “The Band”, de septiembre de 1969, dos obras mayores de un grupo cargado de músicos antológicos: Rick Danko, Garth Hudson, Richard Manuel, Robbie Robertson y Levon Helm, voz y batería en este mítico “The Weight” que suena debajo. “Music From Big Pink” irrumpe a contracorriente. En julio de 1968, dos meses después de mayo, se ofrece como el antídoto perfecto a la turbulencia –incluso musical– de unos tiempos en avanzado proceso de descomposición. Una inyección provinciana en un mercado dominado por la lisergia, la psicodelia y los excesos instrumentales”.   

Como ha sucedido a menudo en la historia del rock, no fue un gran éxito comercial en ese momento (el álbum alcanzó el número 30, y "The Weight", el único sencillo, llegó al número 63), pero su legado, su influencia y su calidad le harían ganar con el paso del tiempo la vitola que hoy tiene de álbum imprescindible en la historia, y no es nada extraño que sea citado como un álbum absolutamente referencial tanto para artistas de country contemporáneo como para muchas de las bandas del llamado sonido Americana, al lado de Buffalo Springfield, Neil Young o C,S &N. 

'Music For Big Pink' se grabó entre enero y abril de 1968 en la legendaria casa rosa, pero su productor John Simon mezcló el álbum en los A&R Sound y Gold Star Studio de Nueva York, en los que sacó si cabe más brillo a aquellas maravillosas canciones. Canciones que hoy, al volver a escucharlas en el vinilo de prensaje americano -escuchar este disco en MP3 es no escucharlo ni disfrutarlo, ni probablemente apreciarlo en todo lo que contiene- se entiende porque en este 50 aniversario, son todo un patrimonio de nuestra cultura. Uno de los álbumes debut más grandes que se hayan grabado nunca. 

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