SEGURIDAD VIAL

Un barómetro muestra el exceso de velocidad y un uso continuo del móvil al volante

Una joven activa su teléfono móvil mientras conduce su vehículo.
photo_camera Una joven activa su teléfono móvil mientras conduce su vehículo.

Los españoles envían y leen menos mensajes de texto y correos electrónicos conduciendo que la mayoría de europeos

Nueve de cada diez conductores españoles reconocen que van demasiado deprisa según el Barómetro Europeo de Conducción Responsable 2015 de la Fundación Vinci Autoroutes, que destaca que el uso del móvil mientras se conduce es preocupante en España.

Son algunos de los resultados que publica la citada entidad de una encuesta realizada por el Instituto Ipsos a más de diez mil europeos, entre ellos mil españoles, sobre los hábitos de los conductores en diez países de la Unión Europea.

Destaca que el uso del móvil mientras se conduce es preocupante en España porque a pesar de ser menor que en otros países esta cifra va en aumento y el 49 por ciento de los conductores reconocen que telefonea con un dispositivo de manos libres mientras conducen, tres puntos más desde 2014, frente al 35 por ciento en Europa, y el 24 por ciento declara que configuran su GPS estando al volante.

Los españoles envían y leen menos mensajes de texto y correos electrónicos conduciendo que la mayoría de europeos, 19 frente a 26 por ciento, y consideran esta práctica el tercer comportamiento más arriesgado al volante después de la conducción bajo los efectos del alcohol y de los estupefacientes.

El 31 por ciento de los españoles considera que se puede conducir cansado, un resultado que les sitúa en la media europea, y cerca de una cuarta parte reconoce incluso que ya ha estado a punto de dormirse al volante durante algunos segundos o afirman haber circulado por el carril de emergencia o por el borde de la carretera porque se dormían o por haber bajado la guardia.

La mayoría de los españoles está erróneamente convencida de que se puede luchar contra el sueño al volante hablando con otro pasajero o poniendo la radio.

En los trayectos largos los conductores españoles declaran conducir dos horas y cuarenta y cinco minutos de promedio antes de realizar una parada, media significativamente superior a las dos horas como máximo que recomienda la Fundación de empresa Vinci Autoroutes para una conducción responsable.

A diferencia de lo que se podría pensar los españoles no son adeptos a la siesta ya que solo un 52 por ciento declara detenerse durante el trayecto para descansar frente al 57 por ciento de los europeos y en cambio no dudan en cambiar de conductor durante el viaje, el 72 por ciento frente al 70 por ciento de media europea.

Frente a la "violencia vial", el optimismo predomina entre los españoles y retrocede en Europa pues de todos los países encuestados España es el más optimista en cuanto a la posibilidad de que la mortalidad en las carreteras se reduzca de manera considerable en los próximos años, un 69 por ciento frente a un promedio europeo del 55 por ciento.

Aún así, como en casi todos los países encuestados con la salvedad de Gran Bretaña, los conductores españoles se muestran menos convencidos que hace un año, en concreto nueve puntos menos.

A la hora de pronunciarse sobre la calidad de la conducción los europeos se ponen a sí mismos muy buena nota, un 7,7 sobre diez de promedio, y con un 7,8, estable con respecto a 2014, los españoles se consideran buenos conductores.

De hecho, cuando describen su propia actitud al volante casi todos los conductores españoles, el 94 por ciento, emplean por lo menos un adjetivo positivo como atento, el 71 por ciento, y tranquilo, el 61 por ciento, pero solo un 14 por ciento se considera cortés frente a un 26 por ciento de media europea.

Cuando se trata de evaluar el comportamiento de los demás conductores los españoles se vuelven mucho menos complacientes y ven a sus compatriotas como irresponsables en un 41 por ciento, estresados en un 34 por ciento, agresivos en un 30 por ciento y peligrosos en un 22 por ciento, y el 25 por ciento ve a España como la patria de los conductores irresponsables.

El estudio refleja un considerable aumento del incumplimiento de las reglas y de los comportamiento peligrosos tanto en España como en el resto de Europa.

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