VIGO

Darwin disfrutaría en las Islas Cíes

El investigador vigués Guillermo Velo-Antón en uno de sus trabajos de campo.
photo_camera El investigador vigués Guillermo Velo-Antón en uno de sus trabajos de campo.

Salamandras, lagartijas y culebras vivieron 8.000 años aislados y presentan una evolución distinta al resto

Si Darwin levantase la cabeza seguro que se interesaba por las Islas Atlánticas. Anfibios y reptiles del parque nacional han vivido aislados desde hace 8.000 años y han evolucionado de forma  diferente a otros animales del continente. Esto no pasó con las aves y con otros organismos  marinos que sí se mantuvieron conectados con el continente. Salamandras, lagartijas y culebras de agua tienen sus peculiaridades en los archipiélagos del parque nacional, que van desde su tamaño, su estrategia reproductiva o el lugar donde comen. 

 Uno de los investigadores que mejor conoce esta situación es Guillermo Velo, que hizo su carrera y tesis en la Universidad de Vigo, pasó un tiempo en Estados Unidos y desde hace cuatro años trabaja en el Centro de Investigación en Biodiversidad y Recursos Genéticos de la Universidad de Porto.

Las salamandras se distribuyen por toda Europa y para reproducirse liberan larvas en el agua. Sin embargo, en San Martiño (Cíes) y en Ons liberan animales juveniles directamente en la tierra, algo que también ocurre con unas salamandras en Asturias y Cantabria. “Es un paso muy grande a nivel evolutivo. No sabemos por qué se produjo, puede ser que en algún momento durante esos miles de años  faltase el agua o el agua disponible en las islas no era adecuado”, explica Guillermo Velo. Tampoco se sabe cuál es la estrategia más ventajosa (en tierra paren dos o quince animales, mientras que en el agua liberan hasta 80 larvas), pero “si faltase el agua las que pueden sobrevivir son las que se han adaptado al modo vivíparo”.

La población de salamandras en Ons es muy grande y en las Cíes la especie desapareció en los años 90 de las islas Faro y Monteagudo y solo quedó una pequeña población en la isla sur, San Martiño. Una de las hipótesis es que la presencia del eucalipto complicase su hábitat a la hora de buscar alimento.

Otra curiosidad es que la salamandra sale de noche sobre todo cuando llueve, pero en San Martiño sale durante el día. Aquí una de sus amenazas son las ratas.

Las lagartijas también tienen sus enigmas en el parque nacional, porque en Cíes tienen un tamaño similar a las del continente pero a medida que se avanza hacia el norte, en Ons, Sálvora y los islotes, el tamaño aumenta. “En un espacio geográfico tan pequeño las diferencias de tamaño de las lagartijas, entre San Martiño y Sálvora, son mucho más grandes de lo que se ha visto en toda la Península Ibérica”, según informó Velo.

Los misterios no acaban aquí y tienen otro capítulo más para los reptiles. Las culebras de agua, que se denominan Natrix maura, suelen estar en regatos y en charcas, se alimentan en el agua dulce. Sin embargo, en Ons, Onza, en San Martiño (Cíes) y en la costa de Bueu y Cangas se encuentran estas culebras también en el intermareal, en la zona de rocas y pequeñas charcas que se forma cuando baja la marea, en lugar de ir a las charcas de agua dulce. “Seguramente tienen más disponibilidad de alimento en el intermareal y consiguieron adaptarse, porque en Ons y San  Martiño no hay mucha agua. Lo curioso es que no es lo mismo alimentarse de anfibios de agua dulce que de peces en el mar, donde el agua salada que incorporan es difícil de digerir y exige un mecanismo para secretar esa sal. Son adaptaciones pequeñas que se fueron conociendo en investigaciones hace años, pero ahora tenemos más datos”, señala el investigador.

Desde el parque nacional Illas Atlánticas existe una preocupación por mantener los hábitats de los anfibios en buenas condiciones, sobre todo el acuático y más concretamente las charcas que utilizan especies de anfibios como el tritón y el sapillo. También existe un control sistemático para erradicar el gato y el visón, que son los que más atacan a los reptiles.

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