PAPELES DEL ROCK

Embriagados con el humo de las moras y los arándanos

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photo_camera Componentes de la banda de rock sureño Blackberry Smoke.

Blackberry Smoke, si bien pueden considerarse "retro", ponen al día, sin perder  un ápice de esencia, el rock sureño de los 60-70

No en vano vienen desde Atlanta, Georgia, el más profundo sur de los Estados Unidos y desde la primera vez que le escuché percibí en ellos la herencia, la huella, el legado de lo que esa singular y fascinante mezcla de rock, country y blues ha dado a la música popular contemporánea y que desde finales de los años 60 del siglo XX conocemos como Southern Rock.  A ese bagaje, en el que como no puede ser de otra forma es reverenciado el nombre de la Allman Brothers Band, según reconocen en la entrevista que pude hacerles en su camerino con motivo de su última visita a escenarios españoles, añaden el blues progresivo ingles de finales de los 60 (Cream, Traffic, Blind Faith, Led Zeppelin, Chicken Shack, Ten Years After) y todos aseguran haber sido “heavy metal kids” fans de Black Sabbath, Iron Maiden y Metallica en sus años de adolescencia de los 80.  Acaban de editar su nuevo trabajo de estudio, 'Find A Light' y se llaman Blackberry Smoke. Y lo digo sin ambages: es lo mejor que ha dado con diferencia el hard rock clásico en América desde que los Black Crowes cortasen 'Southern Harmony And Musical Companion' en 1992 o Zakk Wylde editase en 1994 el mítico debut de aquel efímero pero magistral proyecto llamado Pride And Glory.  

Te hace mover la cabeza, te da buen rollo y hasta te provoca encender un cigarro

Blackberry Smoke son una banda que en su estilo, que si bien puede considerarse “retro”, tienen la habilidad, la inteligencia y la inspiración de poner al día sin perder ni un ápice de esencia el rock de raíz más añeja de los 60-70, en especial ese rock sureño de los ya citados Allman Brothers, y que también han cultivado a lo largo de diferentes etapas, Lynyrd Skynyrd, Blackfoot, 38 Special, Molly Hatchet, The Marshall Tucker Band, The Black Crowes y desde otro punto de vista y unas influencias musicales que beben sin embargo más de Buffalo Springfield o Crosby, Stills, Nash & Young, los grupos del llamado sonido Americana. 

Un homenaje al sonido de los 70

Pero Blackberry Smoke llevan ese legado mucho más allá. Le proporcionan un perfume sonoro, le dotan de una contemporaneidad que deja fuera toda pretensión meramente nostálgica de hacer un homenaje al sonido de los 70 y lo más importante y lo que para mí, como crítico y analista musical más aprecio, valoro y agradezco: Han dotado de su propia personalidad, de su estilo y su identidad a ese southern rock actual, convirtiéndolo en un lenguaje musical que ya no puede desligarse en modo alguno del nombre Blackberry Smoke. 

Charlie Starr, Paul Jackson, Brandon Still, Brit Turner y Richard Turner -dato a tener en cuenta y que explica en parte la homogeneidad y solidez que han adquirido como banda: la formación original del grupo no se ha alterado desde que se unieron para dar vida al grupo- crearon Blackberry Smoke en el año 2000 y editaron su primer disco en 2004, el ya muy revelador "Bad Luck Ain't Not A Crime", masterpiece que si bien pasó inadvertida a los grandes medios de comunicación, toda vez que debido al éxito de la banda ha sido redescubierto, pone de manifiesto que ese grupo llevaba en su matriz la semilla de la genialidad. Más repercusión lograron en 2009 "Little Piece Of Dixie" y sobre todo en 2012 "The Whippoorwill", el álbum con el que varias revistas y publicaciones especializadas empezaron a hablar de Blackberry Smoke en Europa y con el que hicieron sus primeras incursiones en festivales continentales. 

Escuchar a Blackberry Smoke y cerrar los ojos es imaginar un viaje, un largo viaje por esas interminables carreteras interestatales de la América profunda

En 2015 se interesó por ellos nada menos que Brendan O'Brien, nombre de inmenso prestigio entre los productores de rock y cuyo pedigree contiene nombres como los de  AC/DC, My Chemical Romance, Pearl Jam, Stone Temple Pilots, Neil Young, Aerosmith, Rage Against the Machine, The Black Crowes o Mastodon entre otros, y se involucró con ellos en la aventura de su siguiente trabajo, 'Holding All The Roses', paradójicamente el menos apreciado por sus fans a pesar de su enorme éxito comercial. Coincido con muchas de las criticas que recibió "Holding All The Roses", en especial la que publicó en su día la revista norteamericana Rolling Stone, señalando que el álbum pudo ser un frenazo en la evolución del grupo precisamente a costa del excelente trabajo de Brendan O'Brien. 

A pesar de que por lo ellos mismos declararon, hubieran querido volver a trabajar con el afamado productor, las agendas no cuadraron y fuera deliberado o no, lo cierto es que su siguiente trabajo, "Like An Arrow" se distanció considerablemente de su predecesor, sobre todo porque que significó una apuesta por hacer quizá el álbum más hard rock de su trayectoria. Hasta hay guiños a AC/DC y Bob Seger & The Silver Bullet Band que se reconocen con claridad en algunas canciones, y lo cierto es que sus magníficos resultados en Estados Unidos les llevaron a hacer giras con un caché mucho más elevado por su país, pasando a grandes recintos y compartiendo cartel con bandas de la categoría de Gov'T Mule.

Finalmente en estos días ha llegado a nuestras manos el nuevo trabajo de estos ya veteranos cultivadores de la mejor y más evolucionada versión del rock sureño americano. "Find A Light" es un disco que viene a ser un elaborado compendio de todo el bagaje musical acumulado en estos años. Es quizá menos hard-rockero que "Like An Arrow" aunque sin embargo tiene algunos rocks furiosos en los que el veneno Chuck Berry-AC/DC está también ahí, hay algunos cortes que podrían haber sido grabados perfectamente por CSN&Y, hay otros en la más clara y respetuosa tradición de la escuela Allman Brothers, baladas contaminadas de blues, medios tiempos con un aire evocador precioso que incorporan unas guitarras llenas de calidez, y en todo el disco, desde el primero al último de sus microsurcos, esa esencia, esa magia, ese perfume sonoro que repito una vez más, hace de ellos una de esas bandas tocadas con ese halo especial de magia, de brillantez, de sentimiento, que los convierte dentro del rock clásico actual, en una referencia ineludible a las alturas de 2018. 

Escuchar a Blackberry Smoke y cerrar los ojos es imaginar un viaje, un largo viaje por esas interminables carreteras interestatales de la América profunda, dejándose acariciar por esos atardeceres en los que las luces de las estaciones de servicio se funden con las últimas y rojizas luces de la carretera en el ocaso del día, como tan maravillosamente  plasmó Dennis Hopper en las secuencias crepusculares de "Easy Rider". Es sentarse en cualquier bar en el que ya a punto de cerrar, la radio haga sonar “Can't You Hear Me Knocking?" de los Stones y el camarero con una medio sonrisa cómplice, te sirva un whisky más mientras recoge la barra, las mesas y va apagando las luces. Es esa sensación tan indefinible de sentirse profundamente reconfortado por un sonido que te despierta recuerdos, te hace mover la cabeza, te da buen rollo y hasta te provoca encender un cigarro -el último, como siempre- aunque hayas decidido la semana anterior dejar de fumar. 

Una gran banda, que aunque quizá no sea aún todo lo reconocida que merece su trayectoria a nivel de gran público, quiero recomendar muy especialmente porque es de las poquísimas formaciones que en la actualidad amalgaman modernidad y tradición, un lenguaje nuevo en lo musical que se construye a partir de esa vieja escuela de la música que no lo olvidemos, en mayor o menor medida cambió el mundo y lo cambió desde lo mas interior y lo más profundo de cada uno de nosotros, el corazón. 

Si quieren ustedes sentir latir on fuerza un verdadero corazón de rock, no olviden este nombre que nos lleva a imaginar a que olerá el humo de las frutas del bosque...

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