El hombre que intentó matar a Reagan saldrá del psiquiátrico 35 años después

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Hinckley le disparó seis veces con una pistola del calibre 22 el 30 de marzo de 1981

John W. Hinckley, el hombre que tiroteó al presidente de EEUU Ronald Reagan en 1981, podrá salir de un hospital psiquiátrico y vivir con su madre 35 años después del intento de asesinato, según decidió hoy un juez federal estadounidense.

Hinckley, de 61 años, ya no supone "un peligro ni para él ni para otros" y tendrá libertad para abandonar el Hospital St. Elizabeth`s de Washington el próximo 5 de agosto, afirma el juez Paul L. Friedman en un dictamen emitido en la capital estadounidense.

Internado en el centro psiquiátrico desde el tiroteo, Hinckley podrá residir, sin interrupción, en la casa de su madre, de 90 años, en un complejo vallado con campo de golf en Williamsburg, en el estado de Virginia, a unos 250 kilómetros de Washington.

El hombre que quiso matar a uno de los presidentes más populares de la historia de EEUU vivió en el hospital sin salidas hasta los años noventa, cuando las autoridades le permitieron visitas supervisadas a miembros de su familia que, gradualmente, se ampliaron a estancias de 17 días al mes en la vivienda de la madre.

Sin embargo, el juez subrayó hoy que Hinckley estará sujeto a estrictas "condiciones" de tratamiento médico y vigilancia, como portar un teléfono móvil con GPS para estar en todo momento localizable siempre que salga del hogar familiar.

También deberá desplazarse a Washington una vez al mes para recibir tratamiento psiquiátrico, especificar con antelación la ruta de viaje y la hora de salida; y si se retrasa más de media hora, tendrá que notificar la demora a los médicos.

Además, Hinckley tiene prohibido hablar con los medios de comunicación, poseer armas o drogas y establecer contacto con parientes de sus víctimas, incluida la familia de Reagan.

Aunque se le permite usar internet, no puede buscar en Google información sobre sí mismo, armas, pornografía o sus víctimas, según las condiciones de su liberación, cuyo incumplimiento podría acarrear su reingreso en el hospital psiquiátrico.

La resolución del magistrado pone fin al internamiento de uno de los enfermos mentales más conocidos de EEUU, cuyo intento de asesinato se coló en los hogares de los estadounidenses a través de unas imágenes captadas por las cámaras de televisión.

Hinckley, un joven desilusionado que aspiraba a convertirse en compositor musical y se medicaba con antidepresivos, tenía 25 años cuando, el 30 de marzo de 1981, disparó contra Reagan a las puertas del Hotel Washington Hilton, del que salía el entonces presidente de EEUU tras pronunciar un discurso.

El hotel era considerado entonces el más seguro de la capital de EEUU gracias a un pasadizo cerrado construido tras el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963.

Tras saludar a la multitud congregada ante el hotel, entre la que se encontraba Hinckley, Reagan, que ese día no llevaba chaleco antibalas, se dirigió a la limusina presidencial y, entonces, Hinckley le disparó seis veces con una pistola del calibre 22.

Una bala perforó un pulmón y otra no rozó por poco el corazón de Reagan, quien salvó la vida y se recuperó de las heridas en el cercano Hospital de la Universidad George Washington.

Hinckley, reducido de inmediato por los guardaespaldas, hirió también al secretario de prensa de Reagan, James Brady; al agente del Servicio Secreto Tim McCarthy, que se abalanzó sobre el gobernante para hacer de escudo, y al policía Thomas Delahanty.

Aunque todos sobrevivieron al ataque, Brady quedó paralítico como resultado de un balazo en la cabeza y, hasta su muerte en 2014, dedicó años a hacer campana en favor de un mayor control de las armas de fuego en el país.

Hinckley alegó que disparó contra Reagan para tratar de impresionar a la estrella de Hollywood Jodie Foster, que el obsesionaba tras ver repetidas veces la película "Taxi Driver".

Tras un juicio de ocho semanas, un jurado federal declaró en junio de 1982 a Hinckley no culpable por demencia de los trece delitos que se le imputaban, lo que provocó reacciones airadas.

Ronald Reagan falleció en 2004 a la edad de 90 años enfermo de Alzheimer durante una década, pero sus hijos, Ron Reagan Jr. y Patti Reagan Davis, se han opuesto siempre a la liberación de Hinckley porque no se fían de él debido a sus supuestos engaños pasados.

"Espero -comentó Davis en 2015- que los médicos estén en lo cierto cuando afirman que John Hinckley no es un peligro para nadie, aunque algo dentro de mí me hace sentir que están equivocados".

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