CRÓNICA

Madrid llora el cierre del Café Comercial, con 128 años de historia

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photo_camera Aspecto que presenta esta noche el escaparate del Café Comercial, uno de los cafés más antiguos de Madrid, fundado en 1909. (EFE)

"Ni la guerra pudo con él" se leía desde uno de los recordatorios pegados en el escaparate del popular establecimiento situado en la Glorieta de Bilbao.

El Café Comercial marcó un antes y un después en la historia de los ciudadanos madrileños. "Ni la guerra pudo con él" se leía desde uno de los recordatorios pegados en el escaparate del popular establecimiento situado en la Glorieta de Bilbao.

Desde la noticia del cierre del recinto, el escaparate se ha vuelto un homenaje improvisado donde los clientes han querido rendir homenaje a la cafetería que unió tantas historias.

Otro de los carteles se suma a la petición a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que "salve" la historia del emblemático establecimiento y que evite su suspensión.

Todos los asistentes coinciden en la tristeza que esto supone para el barrio madrileño de Malasaña.

Ramón se ha reunido esta mañana con sus amigos de "toda la vida" para hacer la tertulia diaria. Por primera vez en veinte años, nadie le ha servido su café. A pesar del cierre, ya han encontrado un punto de encuentro sustituto en el barrio, pero echarán de menos un sitio que ha reunido a personas de distintas ciudades de España en los últimos 128 años.

El sitio que dio luz y forma a 'La Colmena' del Nobel Camilo José Cela logró reunir a figuras de la cultura de toda índole hasta ayer, cuando los 18 trabajadores se enteraron de que se quedaban en la calle.

María Luisa explica que el Café Comercial era hasta ahora una "institución" del Madrid "castizo", como recuerda esta vecina del barrio que acudía con "frecuencia" con sus a hijas a tomar chocolate.

El vacío que deja el Café Comercial se suma al que dejó la semana pasada el Mercado Fuencarral o el de los cines Roxy. Unas ausencias que están dejando a una Madrid "hortera y sin personalidad", como asegura una clienta habitual, que pide que se "tome nota" de cómo en otros países europeos tratan a sus cafés "históricos".

David se ha quedado sin su café y triste, y asegura que se ha cerrado un lugar donde se ha formado la historia de su familia "a golpe de tertulias".

Este vecino, que recuerda cómo el sitio reunía a gente de la 'movida madrileña' así como a directores de cine, se suma así a los que se sienten "huérfanos", y pregunta dónde debatirán ahora los jóvenes sus ideas.

Sin duda hoy gente como Ana -que se siente "afectada" a pesar de no ser una habitual de la cafetería- cree que Madrid ha perdido parte de su identidad.

Desde ahora, estas historias se comparten desde fuera del café mientras que, en su interior, sólo queda el silencio. Algunos como Ana, sienten que se pierde un símbolo de "identidad" mientras que otros como Jerónimo piensan que su última copa en el Café Comercial fue su primera lágrima.

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