No hay nada más hipster que una camiseta bajo una camisa de leñador, con el cuello tapado por una frondosa barba. Más friki que incluir la frase épica de la serie de moda, o más festivalero que la prenda de ese grupo que es cabeza de cartel y que gusta desde hace dos meses. Pero bueno, es hora de reivindicar el derecho a hacerse fan cuando a cada cual le plazca.
Polo, playera, remera… Sea cual sea el nombre que se le dé, esa prenda de vestir de manga corta, cuello redondo y carente de bolsillos y botones, parece estar viviendo su nueva edad dorada. Será por el deseo de llevar algo que identifique en una época en la que, por la exposición continua y el “postureo”, muchos se sienten en la obligación de ser originales.
El incremento de tiendas online especializadas, que permiten incluso diseñar camisetas personalizadas, y que trabajan con conocidas marcas como Roly, también tiene mucho que ver. Rafashop, por ejemplo, facilita al usuario un diseñador online textil que hace el proceso muy fácil. Solo hay que elegir el producto, subir el diseño, previsualizar el resultado, elegir el método de impresión (serigrafía, hot print, vinilo o bordado) y calcular el coste del pedido.
La venta al por mayor y las facilidades de diseño invitan a muchos a tratar de vender sus modelos y ganar unos ingresos extra. Muchos de los blogueros que han alcanzado visibilidad y tienen buena reputación en el mundo online, considerándose influencers, ponen a la venta las suyas propias con el mismo objetivo. Otros lo intentan con tazas, chapas, carcasas para móviles o aquello que sus fans incondicionales compren encantados.
Camisetas con mensaje
Las camisetas con mensaje no suelen faltar en las grandes tiendas de moda. Habitualmente tienen diseños sencillos, en negro sobre blanco, y hay quien las utiliza toda la temporada como fondo de armario. Ideales con unos vaqueros y una chaqueta de cuero, con falda y deportivas o incluso en looks más sofisticados con americanas, faldas largas o tacones.
Mensajes que, por supuesto, han protagonizado los más intensos debates. Desde Dior a Zara, grandes casas de modas, sean elitistas o low cost, han querido sumarse a los mensajes del movimiento feminista. De hecho, han sido las firmas de bajo coste las que propusieron sus diseños después de la ya famosa “We should all be feminists” (“Todos debemos ser feministas”) de Dior. Natalie Portman, Jennifer Lawrence o Rihanna ya han lucido las suyas.
La polémica está servida entre quienes creen que ayudan a difundir el mensaje, aprovechando ese papel reivindicativo que le han dado tantos diseñadores a la moda, y que no es nada nuevo. Desde otra óptica, hay quien piensa que se apropian de esos mismos mensajes para generar ventas.
En el centro de la polémica
El diseño de camisetas suele generar, por lo tanto, sus dimes y diretes. También le ha tocado recibir críticas a las hermanas Jenner, Kendall y Kylie, que parecen estar siempre en el ojo del huracán.
A las pequeñas del clan Kardashian-Jenner se les ocurrió imprimir sus rostros sobre las imágenes de cantantes y bandas de rock que han supuesto un antes y un después en la historia de la música, y en las vidas de sus fervientes seguidores. Hablamos de Pink Floyd, Kiss, The Doors, Metallica o Led Zeppelin.
Sus diseños retro salieron a la venta a principios de verano, a un precio de 125 dólares (110 euros) cada una, y se ganaron rápidamente enemigos en las redes. Les afeaban, sobre todo, que no se habían ganado el derecho a utilizar de esa forma a iconos de la música, como escribía en Twitter Sharon Osbourne, esposa de Ozzy Osbourne, o en Instagram Voletta Wallace, madre de Notorius BIG.
Las críticas terminaron con las jóvenes disculpándose y retirando sus diseños.
Las más solidarias
Las camisetas y otros artículos de merchandising, sin embargo, son todo un balón de oxígeno económico para organizaciones basadas en alguna causa y que quieren seguir adelante con su labor.
Además, de generar fondos a través de la venta, también ayudan a dar visibilidad a aquello por lo que la asociación lucha, y sirve para identificar a quienes pelean por lo mismo.
