papeles del rock

El sur también existió para el rock

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photo_camera Juan José "Tele" Palacios, Jesús de la Rosa y Eduardo Rodríguez, componentes de "Triana".

Hace ahora 40 años se vivió con toda seguridad el momento álgido de una nueva expresión musical que se dio a conocer como Rock Andaluz

Se recuerda que el verano de 1978 fue excepcionalmente caluroso en Andalucía, con temperaturas muy superiores al ya tradicionalmente cálido estío del sur. Ese calor ambiental se trasladó, conscientemente o no, deliberadamente o no, al mundo musical andaluz, que hace ahora 40 años vivió con toda seguridad el momento álgido de una nueva expresión musical que se dio en llamar Rock Andaluz, un fenómeno extraordinariamente interesante en lo que ha sido la historia del rock español, que tristemente tuvo una vida muy corta y que ofrecía en aquellos años un potencial que por desgracia, solo llegó a desarrollarse en una parte relativamente limitada. 

Esa eclosión del Rock Andaluz del 78 no fue algo que surgiera ni mucho menos por generación espontánea. Al igual que sucediera en Madrid, donde la influencia que ejerció en la radio y en la música de la ciudad la presencia de las bases americanas de Torrejón fue determinante para el nacimiento del rock español, en Andalucía la presencia de las bases de Rota y Morón hizo posible que ya desde comienzo de los años 70 el rock anglosajón no solo penetrase con fuerza entre los jóvenes andaluces de aquella generación y que los músicos que se hicieron en torno a esa influencia en su gran mayoría tuvieran una marcada y clara vocación de hacer un estilo de rock en el que pudieran incorporar la música más apegada a sus raíces, en especial el flamenco y los sonidos arábigos tan imbricados en la cultura andaluza. 

Los Smash de Gualberto y Julio Matito serían quizá el nombre más emblemático y representativo de este primigenio rock andaluz al lado de The Storm, antes por supuesto que de la mano de personajes clave como Gonzalo García-Pelayo o Ricardo Pachón, grupos como Triana, el grupo por definición del rock andaluz, cuyo debut discográfico se produjo en 1975, sentasen las bases de un nuevo estilo, de una nueva forma de entender el rock que coincidía con un estimulante y sorprendente fenómeno de renovación del flamenco que tenía en Camarón de la Isla y Lole y Manuel sus ejemplos más representativos. Precisamente se editaba en 1978 el álbum más legendario de la trayectoria de Camarón, "La Leyenda del Tiempo'", el álbum que indignó a los puristas por incluir en un disco de flamenco instrumentos propios del rock como el bajo eléctrico y que contó entre sus principales colaboradores a nombres como los de Kiko Veneno o Raimundo Amador, el creador con sus Pata Negra del blues-rock gitano andaluz.  

Manuel Rodríguez, Marcos Montero y en un primer momento también el hoy afamado compositor Luis Delgado crearon en 1976 Imán, cuyo disco debut de 1978. "Califato Independiente" editado por la multinacional CBS nos muestra no solamente a una banda de músicos de una destreza, un talento y un virtuosismo fuera de lo común dentro de un originalisimo estilo en el que las raíces más profundas de la música popular andaluza se amalgaman con la influencia fundamental del rock sinfónico de bandas como Yes, Genesis o Pink Floyd. En modo alguno le van a la zaga Azahar, quienes también debutan en 1978 con su álbum "Elixir", en el que igualmente la fusión entre los sonidos autóctonos andaluces y el rock progresivo es la característica más acusada del disco, así como los cordobeses Mezquita, cuyo álbum homónimo editado por Chapa Discos se considera una de las obras de mayor calidad del rock andaluz, siendo en este caso más notable no tanto la influencia del flamenco, sino de la música árabe. 

 No debutarían discográficamente hasta 1979, pero es en este año clave de 1978 cuando forjan su estilo, su personalidad y su propuesta musical otra banda procedente también de Córdoba que con los años, aunque desde otro prisma y habiendo evolucionado en otra dirección, serán el grupo que mantenga viva en gran medida la llama del Rock Andaluz: Medina Azahara. Idéntico es el caso de Alameda, un grupo que hará una mezcla originalísima de rock sinfónico, jazz y flamenco que va a dejar para la posteridad canciones de una inmensa belleza y que son patrimonio de nuestra música como "Amanecer en el Puerto" o "Noche andaluza". 

La línea jazzística y su peso en otra vertiente del Rock Andaluz tuvo a otros de sus exponentes más destacados por un lado a Cai, formación creada por el extraordinario pianista de jazz Chano Domínguez. Su álbum debut de 1978 "Más allá de nuestras mentes diminutas" es otro disco que merece ser redescubierto, apreciado y escuchado con verdadero deleite, en esa mezcla genial de jazz, flamenco y sonidos rockeros que evocan pinceladas tanto de Emerson, Lake & Palmer como de Caravan, Soft Machine o la Barclay James Harvest. Por otro lado, es impagable la contribución al desarrollo y evolución del Rock Andaluz de Guadalquivir, la banda creada por Andrés Olaegui y Luis Cobo "Manglis", cuyo primer álbum homónimo 'Guadalquivir' es otro los de discos que salen al mercado en 1978, justo cuando el grupo venia de participar en el único evento masivo que se organizó en torno al Rock Andaluz en febrero de ese mismo año, el Festival de Rock celebrado en el Polideportivo de Móstoles y en el que tocaron junto a Triana, Imán Califato Independiente y The Storm ante 7.000 personas. 

Guadalquivir, coincidiendo en ocasiones con Triana, fueron de los grupos que formaron parte de la gran gira "La Noche Roja" que Miguel Ríos organizó en el verano de 1978, justo después de que el propio Miguel editase en 1977 "Al-Andalus", un disco en el que quiso aproximarse desde su estilo a la pujante en aquel momento realidad del Rock Andaluz. Al recordar en este 40 aniversario tantos discos de tal calidad, en los que se volcó un esfuerzo tan grande de imaginación, inspiración y talento, la sensación que queda es no obstante agridulce. Si bien es cierto que en ese momento la industria del disco apostó por apoyar el movimiento, la prensa musical local no le dio el mismo soporte en modo alguno -conversando en cierta ocasión con Tele, el fallecido batería de Triana me decía que era increíble que se hablase más del Rock Andaluz en Barcelona o Madrid que en Sevilla o Cádiz- no hubo en la propia Andalucía, como pasó en Cataluña con el Canet Rock o en Madrid con el festival Rocktiembre un evento que marcara un antes y un después, que sirviera de referencia para animar el movimiento y poco tiempo después, cuando Andalucía adquirió su plena autonomía tras el Referéndum del 28 de febrero de 1980, los sucesivos gobiernos andaluces que pusieron en marcha tanto las instituciones culturales como la radio y la televisión pública andaluza, ignoraron al Rock Andaluz en favor de un folklorismo casposo y trasnochado, con todos los peores tópicos del antiguo nacional-flamenquismo. 

Quienes tengan en su TDT sintonizada Andalucía TV y la vean de vez en cuando, entenderán perfectamente a que me refiero.

Entristece darse cuenta de que se tuvo en la mano la posibilidad de crear un movimiento realmente sólido, relevante, de un rock autóctono, mediterráneo, con características propias y que habría abierto un horizonte de evolución infinito no ya a los músicos andaluces o del resto del estado español, sino a muchos de los artistas más inquietos y proclives a la experimentación y a la fusión intercultural en el rock a nivel internacional. 

Al menos, nos queda el consuelo de poder volver a escuchar aquellos lanzamientos que confluyeron en aquel año clave en tantos aspectos de 1978, y disfrutar de aquella creatividad tan desbordante.

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