SOCIEDAD

Vencieron a la muerte y lo celebran desfilando en ataúdes

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photo_camera La procesión está considerada una de las más raras del mundo. (FOTO: Salvador Sas)

Seis adultos y un ataúd vacío en honor a un bebé fueron los protagonistas de esta romería en San Xosé de Ribarteme (As Neves). 

En un rincón de Galicia, en la parroquia de San Xosé de Ribarteme, en el municipio pontevedrés de As Neves, hoy se ha vuelto a celebrar una romería que no deja indiferente a nadie, pues personas que "sobrevivieron a la muerte" han desfilado en ataúdes para agradecer la intercesión de Santa Marta.

Siete han sido los féretros que han salido este año en procesión, uno de ellos de bebé, aunque vacío, en señal de agradecimiento de sus familiares después de que una niña de 11 meses superase la peor parte de una grave enfermedad.

En esto ha habido una evolución, ya que en 1965 se llegaron a portar bebés vivos dentro de los féretros, según ha explicado a Efe la sacristana Marta Domínguez.

Los otros seis ataúdes los han ocupado cinco adultos y un chico de 15 años, Aleixo Paz, quien tras seis años de lucha tras sufrir un accidente en el que resultó con graves quemaduras por todo su cuerpo se ha animado a pasar por este trance.

Este chico, el "ofrecido" a Santa Marta de menor edad en mucho tiempo, ha relatado que tuvo el accidente cuando con ocho años viajaba en el camión cisterna con combustible que conducía su padre, que chocó contra un camión de mantenimiento y comenzó a arder.

Estuvo ingresado en el hospital 20 meses, entre la UCI y la unidad de quemados, y a partir de ahí todo ha sido "luchar", ha destacado.

Aleixo ya desfiló en la romería de Santa Marta de Ribarteme aunque a pie y vestido con una mortaja, pero este año se ha visto con fuerzas para ir dentro de un ataúd.

Quien ya sabe cuán duro es este trance es Hermosinda Castro, quien a punto de cumplir los 77 años se ha vuelto a meter en un féretro, como ya hiciera en 1981.

Entonces como ahora le hizo la promesa a Santa Marta de que iría en un cajón tras superar una grave dolencia. Hoy padece cirrosis por tanta medicación que ha tomado.

Confiesa Hermosinda su temor a que pueda haber una tercera vez, porque esa "será la definitiva".

Tras cada "ofrecido" a la virgen hay una historia, como la de Pilar Domínguez, cuyo marido falleció hace 25 meses y su hija padece la enfermedad conocida como de los huesos de cristal.

Pilar también tiene experiencia en la romería de Ribarteme, ya que con dos años su madre la ofreció vestida con un hábito por unos ataques epilépticos de los que se curó.

Por eso, tras la muerte de su marido, los problemas de salud de su hija y los personales suyos decidió que iría en un féretro, que reservó ya en enero, en vista de la demanda.

Tanta que este año una de las procesionarias ha tenido que buscarse por su cuenta su cajón.

Y es que entre la devoción y el morbo que despierta, esta peculiar romería, considerada por el diario inglés The Guardian como una de las fiestas más raras del mundo, no para de crecer en expectación con el paso de los años.

No es la única celebración religiosa de Galicia donde la muerte, o más bien la resurrección, es la protagonista.

En A Pobra do Caramiñal, en la provincia de A Coruña, los fieles que han hecho sus promesas cargan sus propios féretros en la procesión de las mortajas, en el marco de las fiestas del Nazareno, en septiembre.

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