Gafas y relojes no seducen a los creadores de aplicaciones

"Parece que no a todo el mundo le gusta que se usen aparatos como Google Glass en público"

La efervescencia del mercado de las aplicaciones para dispositivos móviles no alcanza, por el momento, a los denominados "wearables", los aparatos que de alguna forma se colocan sobre el cuerpo, como gafas o relojes "inteligentes", y que no seduce a los desarrolladores ante el constante crecimiento de las capacidades de los teléfonos.

Este es uno de los diagnósticos en el que coincidieron varios de los expertos en el sector que durante el jueves y ayer debatieron en Valencia, en el marco del Congreso Nacional de Aplicaciones Móviles.

Pese al constante ruido mediático en torno al sector de las aplicaciones, quienes se dedican profesionalmente a ello no detectan "burbuja" alguna, sino que más bien al contrario, confían en que el negocio, actualmente cifrado en unos 30.000 millones anuales, siga creciendo. "Parece claro que la computación ubicua, incluida la que se puede llevar encima, es el futuro; con sistemas que recogen y procesan información y enlazan con la nube, pero para que esta industria crezca todavía ha de bajar el precio de los sensores. Hay buenas perspectivas pero queda mucho trabajo por hacer", explicó uno de los responsables del sector del desarrollo de aplicaciones de Microsoft en España, Boris Armenta.

Entre los desarrolladores hay poco movimiento en torno a los dispositivos 'wearables' frente al móvil, cuyo potencial "parece casi infinito", según Armenta. Además, se prevé que la implantación de este tipo de dispositivos conlleve determinados cambios de hábitos. "Parece que no a todo el mundo le gusta que se usen aparatos como Google Glass en lugares públicos. Seguramente estas tecnologías cambiarán nuestros hábitos como en su día hizo el móvil", concluye.

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