María Toro, el flamenco de una gallega fusionado con jazz en Nueva York

Ana Viqueira

Santiago de Compostela, 22 mar (EFE).- María Toro, una flautista y compositora gallega que vive en Río de Janeiro, pero que trabaja también entre Suiza, A Coruña, Madrid y Nueva York, acaba de producir y grabar en la ciudad de los rascacielos un disco en el que fusiona jazz y flamenco, de la mano de conocidos intérpretes que la acompañan en sus propias composiciones y arreglos.

Coruñesa de 1979, y con una flauta que lleva puesta desde los ocho años, a los 23 dejó su ciudad, a la que vuelve cuando puede y, tras conciertos por medio mundo, grabó "A Contraluz", su primer trabajo en solitario, junto a nombres del jazz como el pianista Jean Michel Pilc, el baterista Justin Brown y el bajista Ben Street, una contribución que completa desde Europa con músicos relacionados con el flamenco como Yelsi Heredia, Israel Varela y Andreas Arnold.

María Toro comentó a EFE en una entrevista concedida desde Río que su disco fue hecho por ella misma, "sin sellos ni ayudas de ningún tipo", algo que decidió para tener más libertad y porque "en el momento de prepararlo tenía la vida entre varios sitios".

La intérprete y compositora, que tocó en emblemáticos clubes como el Blue Note de Nueva York, ya está presentando su disco este mes en varios conciertos en Río, y espera poder hacerlo en Madrid y en Galicia el próximo verano, mientras está cerrando otros eventos en Suiza.

María Toro empezó a vincularse al flamenco por lo que en su día creyó una coincidencia. La llamaron cuando el flautista de una compañía de danza se lesionó a dos días de un estreno y se enganchó a este estilo musical.

A esta mujer, todo el mundo le pregunta cómo una gallega puede estar tan prendada por estos sonidos del sur de España.

Pero, en el fondo, su pasión no "fue por casualidad", ya que hace unos años se enteró de que un tío abuelo suyo, "el tío Luis", era cantaor de flamenco.

Coruñés descendiente de gaditano, "El Toro", como se hacía llamar su pariente, terminó desarrollando su carrera en París durante los años sesenta.

Esta compositora está convencida de que su fusión de músicas "tiene mucho éxito" en Nueva York y en Río de Janeiro porque al público le suena "exótico, pero no extraño".

María cree que es "enriquecedor" para ella pasear su música por distintos lugares y que la toquen diversos intérpretes, porque así sus composiciones van adquiriendo "colores y acentos que no tienen nada que ver unos con otros".

El eclecticismo de su música va resumido en su propio disco: fue compuesto en Suiza, se grabó en Nueva York, se mezcló en Madrid, se diseñó en A Coruña, se fabricó en Bilbao y los primeros ejemplares se vendieron en Alemania. EFE

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