Los restos mortales del prestigioso neurólogo de 42 años, oriundo de Petín, fueron trasladado a su municipio natal, en donde recibieron sepultura
Los restos mortales del prestigioso neurólogo Miguel Blanco González (42 años), oriundo de Petín, fueron trasladado a su municipio natal, en donde recibieron sepultura, tras el funeral multitudinario que se celebró en la iglesia compostelana de San Francisco a las 15,45 horas de ayer.
La familia -su esposa, Susana Bembibre, es natural de A Rúa- estuvo arropada por los compañeros de profesión, amigos y hasta pacientes, muy conmocionados por el repentino fallecimiento del facultativo. El reconocido neurólogo, especialista en ictus, apareció muerto el viernes en su casa de San Pedro de Bugallido (Ames). Debía llevar a sus tres hijos al colegio esa misma mañana y ya no se despertó. Las primeras informaciones apuntan a que falleció por causas naturales, aunque no trascendieron datos de la autopsia.
El director de la Unidad de ictus del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago asumió hace cinco años la coordinación del Área Neurovascular del Área de Xestión Integrada de Santiago. El fallecido estaba vinculado profesionalmente al equipo de investigación y trabajo del doctor José Castillo, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS) y uno de los mayores especialistas del mundo en el área de Neurociencias. Blanco fue merecedor del premio de investigación de la Academia médico-quirúrgica de Santiago y del premio de la Federación Galega de Daño Cerebral.
