La bodega de O Barco quiere trabajar viñas abandonadas

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photo_camera Instalaciones de la bodega cooperativa Jesús Nazareno, en O Barco.

La cooperativa Jesús Nazareno propone acuerdos a los propietarios que dejan de cuidar las fincas

Los propietarios de viñas que las vayan a dejar de trabajar están de enhorabuena. La bodega cooperativa de O Barco, Jesús Nazareno, se ofrece a alcanzar acuerdos con ellos y así poder cultivarlas y reservar los derechos correspondientes. Solo en la jornada de ayer, tres productores escuchaban la propuesta del equipo que dirige Manuel Fernández Pérez. Es más, el presidente comentó que la entidad, además de buscar acuerdos con viticultores, no descarta firmar convenios con los titulares de montes comunales.

Los planes de la junta rectora de la cooperativa pasan por aumentar el volumen de uva y con ello la producción, buscando abastecer los nuevos mercados en los que ya está presente Jesús Nazareno. El bum del godello y el aumento de la demanda de este vino tiene mucho que ver con este proyecto de la embotelladora barquense y la necesidad de uva de una entidad que en la vendimia de 2016 cosechó 1,1 millones de kilos, casi la mitad de los 2 millones del año anterior.

El propósito de aumentar la producción de uva motivó una segunda iniciativa, aunque esta aún está siendo sopesada por la directiva de la bodega: la posibilidad de conseguir una plantación propia de entre 30 y 50 hectáreas.

El envejecimiento de la población del rural propicia un importante abandono de viñas en la Denominación de Orixe Valdeorras. Según los datos del Consello Regulador, en 2008, los 1.961 productores inscritos tenían 2.700 hectáreas registradas. Hoy en día, estos números bajaron considerablemente, siendo 1.171 las hectáreas inscritas y 1.300 los productores.

El aumento de la superficie de viñedo que los propietarios dejaron de trabajar no solo supone la existencia de una importante fuente de recursos que permanece improductivo. Además, la falta de tratamientos favorece la propagación de hongos y enfermedades, como sucede con el mildiu. Estos males se expanden fácilmente a las fincas colindantes, que también acaban sufriéndolos.

Más controles para evitar la fuga de uva

En los últimos días, la cooperativa Jesús Nazareno envió cartas informativas a sus 335 socios. En ellas, recuerda las directrices de la normativa que regula el funcionamiento de las sociedades cooperativas e insiste en la prohibición de vender uva a otras bodegas. Técnicos de la entidad revisarán las viñas antes y durante la vendimia para comprobar que la producción queda en O Barco. El aviso coincide con una vendimia muy complicada, con viñas de la DO que fueron muy castigadas por la helada y el granizo y cuando ya se habla de ofertas desorbitadas por la uva. A pesar de que una bodega de Petín, María Teresa Núñez Vega, ya comenzó la vendimia, en O Barco aguardarán hasta principios de septiembre para comenzar a meter la uva, sin descartar que haya dos o tres campañas, en función del estado de la uva. En la actualidad, la fruta de las variedades godello, mencía y alguna de jerez ya está bastante madura, mucho más que lo está el resto de la producción.

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