O Bolo fracasa en su esfuerzo para frenar la despoblación

La población de O Bolo descendió un 35 % en 13 años. Los 1.432 habitantes que el Instituto Nacional de Estadística contabilizaba en el año 2000 se quedaron en solo 1.060, en 2013. Para frenar este proceso, el equipo de gobierno popular que dirige Manuel Corzo Macías lleva años ofreciendo incentivos a las familias que pudieran estar interesadas en asentarse en el Concello. El último consiste en las ayudas para pagar el alquiler de la vivienda. La promovió en julio, pero desde entonces nadie preguntó por ellas.

"Para tratar de evitar a despoboación do municipio e asegurar no tempo a permanencia do colexio, este Concello desexa levar a cabo un programa de incremento da poboación dirixido a familias con fillos menores de 10 anos que desexen instalarse no municipio", dice el bando municipal. También explica que, para ofrecer casas en alquiler, confeccionará una bolsa de viviendas con todas las que aporten los vecinos. Cuatro meses después, nadie respondió.

"O Bolo, A Veiga..., vaise despoboar todo. Non hai forma de que se quede a xente nos pobos", comentó ayer el alcalde, Manuel Corzo. Explicó que las ayudas dependerán de la cuantía de los alquileres, aunque podrían cubrir la totalidad, pues en el Concello las tarifas no deberían ser demasiado grandes.

Con este mismo objetivo de atraer familias a O Bolo, el Concello destinó 200.000 euros del Plan E (Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo) a la renovación del tejado, ventanas y puertas de la antigua casa cuartel de la Guardia Civil y la Casa do Secretario. Falta por arreglar el interior, una mejora que queda para los posibles interesados, que podrían utilizarlas como casas de turismo rural. "Son regaladas. Só habería que pagar unha renda mínima por 50 anos. Poden ser casas de turismo rural, que den comidas e habitacións", explicó el alcalde. Sin embargo, la iniciativa tampoco fructificó. "Coa crise ninguén preguntó por elas", añadió.

El aumento del número de niños del censo, que en 2013 se reducía a 56 y cuyo índice de envejecimiento (número de mayores de 65 años por cada 100 menores de 20) es 621,3, también está detrás de las actuaciones del equipo de gobierno. En un intento de incrementar la población infantil, el Concello estableció una serie de ayudas, que las familias reciben cuando los niños acceden al colegio público. 

Durante el año 2013 fueron de 542, 721 y 901, por el primero, segundo y tercero hijos, respectivamente. En un principio, estas cantidades se entregaban a los recién nacidos, pero hubo quien la cobró y, cuando tuvo que matricular a su hijo, lo inscribió en otro centro. Esta posibilidad es la que trata de evitar el nuevo reglamento.

Hay más iniciativas, como la de entregar 100 euros a los matrimonios con más de cuatro hijos, hasta que estos cumplen los 18 años. Este año, las arcas municipales entregaron 1.000 euros.

Estas últimas ayudas sí son recogidas por las familias, pero la pérdida de habitantes no se detiene. "É moi difícil evitala", comentó desanimado Manuel Corzo.

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