VALDEORRAS

Cáritas de O Barco detecta que la pobreza “se cronifica"

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photo_camera Isabel Álvarez y Julio Mourelo, en la oficina barquense de Cáritas.

La ONG diocesana tiene 166 familias en su registro, 19 más que las contabilizadas hace un año.

Los datos registrados por Cáritas Interparroquial de O Barco reflejan una "cronificación" de la pobreza. Esta circunstancia fue comentada ayer por su director, Julio Mourelo, al revisar los servicios prestados por la ONG. Superado lo peor de la crisis, el número de familias que salen adelante gracias a la ayuda de Cáritas no solo no se redujo en el último año, sino que aumentó. Entre enero y julio, la trabajadora social, Isabel Álvarez dio de alta a 28 familias, elevando a 166 las atendidas, 19 más que en el mismo periodo de 2015.

La falta de un empleo regular está detrás de la situación que atraviesan estas familias. La estadística del paro en la comarca valdeorresa recoge el dato de 2.064 desempleados en el mes de enero, dato que se mantiene con ligeras variaciones hasta el verano, descendiendo hasta 1.634 en agosto. Estas cifras reflejan una estacionalidad que no pasó desapercibida en Cáritas. La trabajadora social, Isabel Álvarez, comentó que hay familias que aprovechan las campañas de la vendimia o la castaña. Suponen ingresos, pero no son la solución definitiva. "Son trabajos temporales", explicó. "Realizamos un seguimiento de las personas que llevan tiempo viniendo y comprobamos que no tienen trabajo", dijo el director, Julio Mourelo.

Las familias inscritas en la oficina barquense de Cáritas están formadas por 484 personas, una cifra muy importante en un concello, O Barco, que tiene 13.785 habitantes. En 2013, el padrón contabilizó una población aun más amplia: 14.010 personas. El descenso registrado también tuvo su reflejo en el registro de Cáritas, tal y como explicó Julio Mourelo.

A la "cronificación" de la pobreza en ciertas familias hay que añadir el aumento de los casos de emergencia social, como desahucios, impago del recibo de la luz o del agua. A lo largo de 2016, Cáritas atendió 63, seis más que hace un año. Julio Mourelo lamentó que los necesitados acuden en el último momento, cuando les van a cortar la luz o el agua tras varios avisos. Hay familias que cobran alguna prestación, pero pagando un alquiler, una ayuda de 426 euros mensuales "no da para milagros".

El buen tiempo redujo el número de vagabundos

Las condiciones meteorológicas benignas registradas en lo que va de año repercutieron en el número de transeúntes que recurrieron a Cáritas este año. Si hace un año, la oficina ubicada en la casa parroquial formalizaba 53 altas, en los siete primeros meses de 2016 este dato se redujo a casi la mitad: 27. El buen tiempo registrado durante buena parte del año redujo el número de personas que forman parte del colectivo de transeúntes, siendo 133 los registrados en O Barco.

Julio Mourelo explicó que, con el buen tiempo, estos vagabundos se acercan hacia la costa, donde se concentran los turistas. Llegado el invierno, como prevé que sucederá en los próximos meses, viajan hacia el interior.

Familias y transeúntes reciben la ayuda de una organización, Cáritas Interparroquial de O Barco, que también goza de la colaboración de diferentes entidades, desde el Concello hasta la Fundación Valdegodos, Cine Clube Groucho Marx o establecimientos comerciales como Eroski. Este supermercado realiza tres donativos de productos perecederos por semana, generalmente, de artículos que no pueden ser almacenados en el banco de alimentos. Buena parte de los alimentos guardados en la sede barquense de Cáritas llegan desde la vecina comarca berciana, entregados por el Banco de Alimentos del Sil, con sede en Ponferrada.

En la actualidad, las necesidades de las familias barquenses están cubiertas, con dos excepciones: cacao y leche, dos productos que comienzan a escasear en las estanterías de la ONG.

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