Una vez realizada la corta, la maderera que la llevó a cabo abandonó el lugar, sin realizar ninguna labor de limpieza.
La existencia de gran cantidad de ramaje y madera abandonada por la empresa que realizó varias talas en el parque natural de Serra da Enciña da Lastra (Rubiá) causó malestar entre los vecinos de la zona. Una vez realizada la corta, la maderera que la llevó a cabo abandonó el lugar, sin realizar ninguna labor de limpieza. Estas cortas, realizadas a la orilla de arroyos preocupan a los colectivos que frecuentan estos parajes, que reclaman su retirada para evitar daños durante las crecidas.
Estas cortas no son las únicas que levantaron polémica en las últimas semanas. Sucedió lo mismo con las desarrolladas en A Rúa, en los parajes de A Reza y O Aguillón, así como las barquenses de A Proba y Xagoaza.
La Confederación Hidrográfica Miño-Sil informó a finales de febrero que había autorizado 47 cortas en la comarca. Los permisos concedidos se repartieron entre cinco concellos: Rubiá (32), Petín (1), O Barco (7), Vilamartín (3) y A Rúa (4).
A su vez, fuentes próximas a la Xunta también se quejaron de que está sin desbrozar el terreno que sobrevuelan las líneas eléctricas de A Lastra, con el consiguiente peligro de que cualquier chispa pueda provocar un incendio.
