El desembarco de Carlyle en Cupa avivó el interés de los inversores.
El sector de la pizarra se ha vuelto apetitoso para los fondos de inversión. La adquisición de Cupa Group por Carlyle, una operación valorada en 170 millones, es una muestra del interés despertado por la actividad que mueve la economía valdeorresa y que genera 2.400 empleos en Galicia, donde trabaja medio centenar de empresas. Este atractivo lo confirman las llamadas de brókeres que comenzaron a recibir los pizarristas. Preguntan por la posible venta de sus empresas, según aseguraron fuentes empresariales.
Este interés aparece reflejado en las cartas que, en los últimos días, envió un inversor gallego a las productoras de pizarra. En sus escritos, mostro su interés por la posible adquisición de alguna cantera.
"Hace años no se recibían estas ofertas. Hay ganas de invertir. Andan buscando donde meter el dinero", comentaron las fuentes consultadas. Explicaron que, en muchos casos, estos fondos suelen centrar su actividad en adquirir empresas para después venderlas, buscando siempre el mayor beneficio. Las llamadas son realizadas por inversores que defienden los intereses de sociedades extranjeras, con sede en países como Alemania o China.
En todo caso, las peculiaridades de la pizarra no facilitan la entrada de capital. El mayor activo existente en el sector son las propias canteras y sus derechos de explotación y no parece ser demasiado atractivo para empresas ajenas a esta actividad.
Mientras estas sociedades sondean el mercado de las canteras de pizarra, los nuevos propietarios de Cupa Group parecen no conformarse con la adquisición de las canteras de la empresa. Al menos así lo apuntaron en el sector, donde comentaron que la pizarrera, con sede en A Medua (Carballeda de Valdeorras), podría estar sopesando la compra de alguna explotación en la zona leonesa de La Baña.
