VALDEORRAS

Margo Pool: ‘Soy oficialmente la viuda de Martin Verfondern'

La holandesa de Santoalla podrá enterrar los restos hallados en A Veiga, pero no incinerarlos

Los restos óseos localizados a mediados de junio en el municipio de A Veiga pertenecen al holandés que el 19 de enero de 2010 desapareció de su residencia en Santoalla (Petín). El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de O Barco se lo comunicó a su viuda, Margo Pool, a quien invitó a recogerlos. "Me preguntaron si quiero ir al Juzgado a por los restos para enterrarlos", explicó ayer.

Su prioridad es darles sepultura en el cementerio municipal de O Barco y es que, por el momento, el Juzgado le vetó la opción de la incineración, al no descartar la realización de someterlos a nuevas pruebas. "No me importa dónde están, son unos pocos huesos. No los puedo quemar por si hacen falta. Después no sé si lo haré", explicó Margo Pool. "Ahora soy viuda, oficialmente", añadió. En todo caso, si no puede acudir al camposanto barquense, recurrirá a los concellos próximos de A Rúa o Petín.

Mientras la investigación prosigue, esta vecina de Santoalla ve muy difícil la identificación del autor o autores del homicidio. Pero no lo descarta. "Después de cuatro años es muy difícil pero, por otro lado, en otros sitios se consiguió. Nunca se sabe", dijo.

Los restos de cráneo y de huesos triturados fueron encontrados a unos 50 metros del lugar donde los ocupantes de un helicóptero de la Guardia Civil localizaron, quemado parcialmente y sin placas de matrícula, el todoterreno de Martin Verfondern. Estaba en un cortafuegos de los montes de Lamalonga (A Veiga). El lugar está comunicado por pistas forestales con la aldea en la que vivía: Santoalla y donde, además del matrimonio, solo vive otra familia. Uno de sus miembros, Jovita González Rodríguez, había asegurado que "non lle quería mal. Era moi raro, pero tamén moi bó".

En un radio de 100 metros fueron localizados los restos óseos pertenecientes a Martin Verfondern, una parte de un ordenador portátil quemado, un teléfono móvil, trozos de tela y una fogata.

Los restos humanos fueron trasladados a las instalaciones del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) de Verín para realizar los análisis de ADN que confirmaron que corresponden a Martin Verfondern.

Después de que el juez decretó el secreto de sumario, fueron reiniciadas las pesquisas y los interrogatorios a vecinos de Petín. En todo caso, siempre con el homicidio como principal hipótesis de trabajo.

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