PLAGAS

Lourizán busca castaños que puedan resistir a la avispilla

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photo_camera Trabajos en el invernadero del Centro de Investigaciones Forestales de Lourizán.

El Centro de Investigación detectó que los cruces de la variedad Garrida sufren menos ataques

Los cruces de castaños de la variedad Garrida y Castanea crenata son menos sensibles, o más resistentes, a los ataques de la avispilla del castaño "Dryocosmus kuriphilus", una plaga que amenaza a uno de los sectores más importantes del oriente provincial: el de la castaña. El hallazgo fue apuntado por Beatriz Míguez Soto, que busca determinar aquellos árboles que se verán menos afectados por la plaga.

La hipótesis que intentan demostrar los investigadores indica que las variedades tardías podrían ser menos sensibles al ataque de la avispilla. Lo apuntó Josefa Fernández López, coordinadora del equipo que desarrolla la investigación. El hecho de que los brotes del árbol no estén desarrolladas del todo en el periodo de vuelo del insecto librará a los más tardíos de la plaga. En todo caso, esta es la teoría, que los investigadores tratarán de confirmar en la práctica. Aún habrá que esperar para conocer los resultados definitivos, que se conocerán en el verano de 2018.

Josefa Fernández es coautora, junto con Roi Torrente Pérez, de un libro editado por la Xunta y que lleva por título "Medidas contra a avespa chinesa do castiñeiro". Este trabajo recoge varios métodos que pueden reducir la afección de la avispilla, incluidas las sueltas del depredador "Torymus sinensis". Entre ellas, llaman la atención la práctica de la poda en verde, en lugar de las tradicionales podas invernales. Prolonga el periodo de crecimiento del árbol y permite que algunos de sus brotes no coincidan con la eclosión del insecto, reduciendo los daños de este.

Hay otro método para prolongar el crecimiento del árbol: el riego. "Hace que la planta siga creciendo fuera del ciclo de la avispa. En las yemas tardías no va a haber puestas, solo las habrá en las tempranas", explicó la coordinadora de la investigación. En la actualidad, ya hay productores de castaña que aplican este procedimiento.

Aprender a convivir con el insecto

La avispilla del castaño está presente en Galicia desde 2014, un año antes de que el equipo del Centro de Investigación Forestal de Lourizán comenzase la investigación. Esta se desarrolla en un invernadero hermático de 96 metros cuadrados, en cuyo interior, el equipo trabaja con los clones y las variedades tradicionales. En 2015, los trabajos se centraron en las variedades Garrida, De Parede y Presa, además de dos árboles asiáticas Castanea crenata y Castanea mollissima. Un año después, se sumó otra decena de variedades, añadiéndose otras 26 en 2017. En esta última partida están las más frecuentes en el oriente provincial, como la Amarelante,  Longal o Famosa.

Los investigadores también trabajan con clones, en su mayoría aprobados como portainjertos. Los estudios permitieron determinar que el 3205, en el cual "no se vio ningún ataque de la avispilla", según explicó Beatriz Míguez. Añadió que este anuncio es resultado de un análisis estadístico de las agallas recogidas de cada árbol, por lo que deberán confirmarlo nuevos trabajos.

Este proyecto trata de aminorar los daños causados por el Dryocosmus kuriphilus, cuya plaga puede causar pérdidas de hasta el 100 % de la producción de un árbol. La coordinadora, Josefa Fernández, considera que los productores de castaña gallegos deberán "aprender a convivir con ella", una vez superada la explosiva difusión inicial.

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