INFRAESTRUCTURAS

Más de 30 empresas optan a proyectar un tramo de la A-76

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photo_camera Boca del túnel del Estrecho, en la N-120, en las inmediaciones de Covas (Rubiá).

El uso de medidores en las grietas de un túnel de la N-120 dio pie al temor de otro cierre al tráfico

La redacción del proyecto del tercer tramo de la futura autovía A-76, que comunicará Ponferrada con Ourense, despertó el interés de 32 empresas. La infraestructura comunicará Requejo (León) con A Veiga de Cascallá (Rubiá) y tendrá una longitud de 10,7 kilómetros. El Ministerio de Fomento estimó el presupuesto inicial en 223 millones de euros y fijó la apertura de las ofertas económicas para el 8 de julio.

Este anuncio coincide con la reapertura del tramo leonés de la carretera N-536, que junto con la N-120 constituyen las dos únicas infraestructuras existentes para viajar entre Valdeorras y el Bierzo y la Meseta. El tráfico de la carretera que comunica O Barco con Ponferrada, a través del Puente de Domingo Flórez, permaneció interrumpido durante tres semanas a causa de las obras de consolidación de taludes en las inmediaciones de Salas de la Ribera. Hasta ayer, los vecinos de El Puente, San Pedro, Salas o Vega de Yeres debían rodear hasta 60 kilómetros para acceder desde O Barco a la N-120.

La colocación de semáforos permitió que los vehículos vuelvan a circular por el vial y coincidió con la difusión de un rumor acerca de un nuevo cierre al tráfico de la carretera N-120 por obras en el túnel de La Barosa. No sería la primera vez que se da esta situación. Sucedió a finales de 2012, obligando a los conductores a usar la vieja N-536 para viajar entre Valdeorras y el Bierzo. El corte de la principal vía de comunicación de la comarca fue el argumento empleado por la Plataforma pro A-76, que forman alcaldes y agentes sociales, para apremiar la construcción de la futura autovía. Especialmente, el tramo correspondiente a los túneles, cuya redacción del proyecto será adjudicada en las próximas semanas.

Fuentes próximas a Fomento aseguraron ayer que en estos momentos no está prevista ninguna actuación en los túneles. Sí comentaron que en los últimos días, trabajadores de la empresa Taboada y Ramos colocaron tres fisurómetros en las grietas existentes a la entrada del túnel del Estrecho. Estos aparatos tienen como misión detectar cualquier aumento en la abertura de las citadas grietas que suben desde la inestable ladera en la que fue construida la infraestructura.

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