Un grupo de empresarios viajará al país asiático formando parte de una misión de la Unión Europea
Una representación del denominado Grupo Europeo de la Castaña, en la que participarán empresarios de Francia, Italia, Portugal y España, viajará en mayo a China. Lo acordó en la reunión de septiembre de 2015 para conocer de cerca el sector del mayor productor mundial de castaña. Este viaje lo confirmó ayer Jesús Quintá García, presidente de la Indicación Xeográfica Protexida Castaña de Galicia. Los exportadores chinos son considerados una amenaza que podría convertirse en un serio problema si sus competidores europes no toman medidas. "É máis unha ameaza. Se somos capaces de moderar os prezos non teríamos problemas", dijo el portavoz del sector.
La misión tiene por objeto conocer las plantaciones de castaños chinas y sus métodos de producción, capaces de superar ampliamente el millón de toneladas, más que el conjunto de la Unión Europea. En Galicia, a la espera de conocer los datos definitivos, los productores recolectaron unas 20.000 toneladas en 2015, procediendo de sotos ourensanos aproximadamente el 60 %.
Es obligado destacar que los frutos son muy distintos, China produce la "Castanea mollisima", más dura, menos harinosa y de distinto sabor al de la variedad europea "Castanea sativa". El responsable de la IXP Castaña de Galicia, Jesús Quintá, comentó que, si bien la castaña de Europa es de mayor calidad, "en moitos casos, o consumidor non entende".
Las características de la variedad asiática no impidieron que los empresarios asiáticos pusieran sus ojos en el mercado europeo. Incluso llegaron a adquirir alguna empresa emblemática francesa. El Gobierno echó abajo la operación al detectar que intentaba comercializar fruto de China con etiquetado francés. En todo caso, el amplio mercado interno chino permite que los volúmenes que su industria destina a la exportación no sean preocupantes en exceso, consiguiendo además esta gran demanda nacional que los precios no difieran de los europeos. Fuentes del sector los calculan en torno a 1,2 euros por kilo. Esta cantidad no siempre es superada en un mercado gallego que llegó a pagar más de 1,5 euros en 2014, aunque en la última campaña el coste se vino abajo debido a la deficiente calidad de buena parte del fruto.
