Crónica

"En Siria no hay futuro, ni gente"

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photo_camera Leticia Santaballa y ahmad Matar, momentos antes de empezar su exposición en O Barco.

Ahmad Matar nació en Siria, un país donde "no hay futuro, no hay ciudades, ni gente". Ayer viajó a la delegación barquense de Cruz Roja con una cooperante coruñesa, Leticia Santaballa, para explicar sus experiencias

El inmigrante sirio Ahmad Matar llegó a Europa cruzando el mar. Pagó 1.000 euros por un viaje en el que fue acompañado por su hermano, la mujer de éste y las tres sobrinas de esta pareja. Las niñas fueron las que más le preocuparon, llegando a protegerlas con un papel plastificado escrito en árabe e inglés y con un número de teléfono, por si surgían problemas y quedaban solas.

Hoy en día, reside en A Coruña. Aquí cobra 405 euros del RISGA (renta de inclusión social de Galicia), a pesar de tener que pagar 230 euros por la habitación donde duerme. Quiere trabajar. Es carpintero y tiene seis años de experiencia, pero cuando da su nombre, inmediatamente el empleador lo asocia con los terroristas árabes.

 

 

Actualmente, aguarda una respuesta favorable a su solicitud de asilo y afirma sentirse a gusto en A Coruña. "La gente de la calle me trata con humanidad", dice, aunque su valoración es totalmente opuesta cuando se refiere a la Policía Nacional o la Administración.

En todo caso, en Siria la situación es mucho peor. Allí quedaron cinco hermanos y tres hermanas y también en su país natal tuvo que callar viendo como el Daesh llevó la guerra hasta su casa. "Ahora está todo un poco tranquilo", dijo. Pese a ello, afirmó: "No hay futuro, no hay ciudades, no hay gente".

Ahmad Matar y Leticia Santaballa estuvieron en la sede barquense de Cruz Roja para mostrar la realidad de los refugiados, dentro del ciclo "Cafés con cooperantes". Santaballa visitó un campo de refugiados griego con la intención de quedarse una semana.

Se marchó después de siete meses. "Aquello engancha", dijo. Fue en 2016 y, desde entonces, la situación de los refugiados no hizo más que empeorar. "La gente sigue viviendo una experiencia brutal", afirmó.

En la actualidad, la cooperante gallega centra su actividad en conocer la situación en que se encuentran los refugiados llegados a España. Su experiencia le permite explicar que la acogida varía en función de muy distintos factores, aunque echa en falta una conexión del Programa Nacional de Reasentamiento del Ministerio del Interior con otras entidades.

"El programa es muy vertical. Va de Europa al Ministerio y de aquí a las entidades de acogida. Falta una conexión con otros actores importantes", explicó, añadiendo seguidamente que debería ser revisado.

Por otra parte, consideró que los escándalos provocados por ONG como Oxfam acaban repercutiendo en los refugiados. "La gente cada vez desconfía más", afirmó Leticia Santaballa. También mostró su rechazo a las formas de actuar de ciertas organizaciones. "Hay organismos internacionales que no hacen su trabajo, sino todo lo contrario: apoyan a los países con los que tienen afinidad y dejan de lado a la gente que busca refugio. No se puede permitir", aseguró.

En referencia a la acogida de los refugiados en España, explicó que depende de la nacionalidad. Siendo bien recibidos los sirios, pero desestimando la concesión de asilo a muchas personas llegadas de países como Egipto, Camerún, Costa de Marfil e incluso Venezuela.

 

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