RASTREO

El teléfono móvil encontrado en A Veiga perteneció a la vecina desaparecida en 2011

Los equipos de búsqueda, en Vilaboa.
photo_camera Los equipos de búsqueda, en Vilaboa.

El aparato estaba dentro de un bolso y también podrían haber aparecido trozos de prendas

El código del teléfono móvil (IMEI) que, tal y como informaba ayer La Región, se encontró en el interior de un bolso en Vilaboa (A Veiga) permitió confirmar que perteneció a Catalina Macías Vega, la vecina desaparecida en enero de 2011. Ambos objetos fueron localizados en el paraje donde hace más de una semana un grupo de excursionistas encontró un fragmento de cráneo, que también podría pertenecer a esta mujer y que ahora analiza la Unidad de Antropología del Imelga (Instituto de Medicina Legal de Galicia) de Ourense. Fuentes consultadas por este diario indicaron ayer que el rastreo realizado durante los dos últimos días también permitió localizar trozos de prendas de ropa.

Hoy no habrá batida, según informaron fuentes de las fuerzas de seguridad, aunque no descartaron que los agentes regresen al lugar que rastrearon durante dos jornadas, localizado a unos 300 metros del pueblo de Vilaboa. En la búsqueda que desarrolló la Guardia Civil participaron agentes de la Policía Judicial, del puesto de A Veiga, Unidad Cinológica y Seprona, apoyados por guardias civiles llegados desde otros lugares de la comarca. Para facilitar su labor, el Concello de A Veiga, que dirige Edesio García Yáñez, envió una brigada, que desbrozó el abrupto lugar rastreado.

Los hallazgos de los últimos días reabren una investigación iniciada en enero de 2011, cuando el yerno de Catalina Macías denunció su desaparición. Fuentes de la Guardia Civil aseguraron que los trabajos para determinar qué sucedió en aquellas fechas comenzarán de nuevo. Los investigadores no tienen ninguna hipótesis y tampoco descartan posibilidad alguna.

En enero de 2011, la familia de la desaparecida dijo que no era la primera vez que la echaban en falta, aunque antes siempre había regresado. Esta declaración da pie a la posibilidad de que la dueña del móvil hubiese cogido un antiguo camino, comenzando a caminar con dirección a la aldea de Corexido (A Veiga), una senda que cruza los parajes donde aparecieron los restos.

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