ACCIDENTE MORTAL EN LOBIOS

Trives presume de un equipo preparado para rescates extremos

photo_camera El equipo que sacó al barranquista fallecido, aliviado tras lograrlo.

"No hay miedo, todo está calculado", dicen los guardias civiles que forman el grupo especializado que rescató al barranquista muerto en Lobios

Los ángeles de la montaña gallega visten de verde, cambiaron las alas por las cuerdas y tienen su residencia en Trives. Son siete y pertenecen al Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM), de la Guardia Civil. La recuperación del cadáver de un barranquista en Lobios dio a conocer la exquisita preparación del equipo que se asentó en el cuartel trivés allá por la década de los 80.

Su campo de actuación se centra en la geografía gallega, pero también salen cuando se les llama desde las comunidades autónomas próximas, siempre que éstas no superen los límites de Cantabria. No son los únicos que se desplazan a zonas lejanas, también lo hacen los demás equipos del área de Cangas de Onís, a la que pertenece Trives, que tienen sus sedes en Mieres (Asturias), Sabero (León) y Potes (Cantabria). Esta disponibilidad quedó patente con la incorporación del equipo asturiano de Cangas de Onís al operativo de Lobios.

El GREIM trivés mantiene a dos hombres constantemente de guardia combinada, localizables las 24 horas del día. Ellos, junto con el cabo, son los primeros que se movilizan cuando su presencia es requerida. Eso sí, si la situación les excede, como sucedió con el barranquista fallecido en Lobios, se suman todos. En todo caso, los siete están siempre preparados para intervenir, pues quienes no están de guardia se centran en mejorar su formación con prácticas de rescates, escalada, espeleología, esquí o barranquismo, entre otras técnicas. Su forma física permite que, cuando trabajan en operativos extremos, solo estén preocupados por conseguir su objetivo. "No se tiene miedo, todo está calculado;  aunque también suceden accidentes, a veces por la propia fatiga, se trata de tu pellejo", destacó el cabo del grupo trivés, Fernando Posada Sebastián.

Llegó hace 13 años al GREIM de Trives, un periodo que avala su experiencia en las intervenciones del equipo de montaña. A estos conocimientos añade una pasión que comparte con todos sus compañeros: la montaña. "Uno entra en el grupo porque ya ha hecho montaña antes y le gusta", comenta. Esta afición lleva a estos guardias a continuar su preparación durante el tiempo libre. En los días de invierno, cuando se ocupan de la estación de montaña de Manzaneda, es fácil encontrar esquiando a quienes están de día libre.

Ni la edad condiciona la buena forma física que requieren los rescates en barrancos, cuevas o en la nieve. Estos guardias lo saben, al igual que sus mandos. Todos los años superan dos pruebas para continuar en el grupo. Aunque, si alguien no lo consigue, y solo entonces, la Guardia Civil les propone abandonar la especialidad.

Buena parte de su preparación tiene como escenario el parque natural Serra Enciña da Lastra, en Rubiá. Aquí practican espeleología en sus cuevas y escalada, en las zonas donde está permitida. Además,  trepan por las paredes de Os Peares y As Aguilladas (Manzaneda), practicando barranquismo en Melón, Lobios o en Vilariño de Conso.

El equipo sale a otras provincias, pero los lugares que más conocen son los ourensanos. En todo caso, su experiencia les permite dar unos sencillos consejos para evitar los accidentes. Lo primero que aconsejan a quien programe una excursión a la montaña es informarse bien de lo que se va a encontrar, de la ruta y que pregunten qué necesitan para realizarla. "Yo, si voy a hacer un barranco y lo veo mal no me meto. Vuelvo al día siguiente. Pero quienes tienen un solo día se meten. En Lobios, el barranco no estaba para bajar", reconoció Fernando Posada. n

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