VALDEORRAS

Vilamartín ordenó derribar siete casas en estado de ruina

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photo_camera Cartel colocado a un lado de la carretera de acceso a Portela

Otras cinco edificaciones que suponían algún tipo de peligro fueron consolidadas por sus propietarios

Un mínimo de siete construcciones ruinosas fueron derribadas por sus propietarios en Vilamartín. A su vez, los dueños de otra media decena de edificios optaron por consolidarlas, en lugar de tirarlas. Estos datos fueron comentados por el alcalde, Enrique Álvarez. De su equipo de gobierno partió la campaña que busca eliminar el peligro que las casas en mal estado entrañan para los vecinos, iniciativa que comenzó con la labor informativa que lleva una técnico.

"Unha edificación dun pobo que se cae a cachos pode provocar un accidente. Non é cousa do Concello. Hai que facelo", dijo el alcalde. La campaña informativa fructificó con el derribo de ruinas en pueblos como Cernego, Correxais, Valencia del Sil o en el barrio vilamartinés de Santiago. En todo caso, el trabajo continúa, pues el alcalde tiene claro que aún resta mucho por hacer: "Son moitas máis", explicó.

La misma trabajadora también se ocupa de revisar las obras iniciadas en las casas de los pueblos, comprobando si sus promotores tramitaron las obligatorias licencias municipales. "Aumentaron as licencias de obra. Antes, case non se sacaban. Vaise advertindo á xente de que hai que sacar permiso", explicó Enrique Álvarez. Añadió que los vecinos suelen dar una respuesta favorable y comenzar los trámites una que vez son informados de la necesidad de realizarlos para evitar cualquier problema en caso de accidente. En este sentido, la entidad de los trabajos, en su mayoría de escasa importancia, suponen desembolsos reducidos para los dueños de las viviendas.

La campaña iniciada por el Concello también abarca el problema de las fincas sin limpiar, próximas a las viviendas. La misma persona que se ocupa de informar a los propietarios de casas en ruinas y en obras también advierte a los dueños de terrenos en situación de abandono, cercanos a los pueblos, que deben limpiarlos para eliminar el riesgo de incendio.

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