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Vilariño de Conso licita la construcción del geriátrico

Estado en que se encuentra la construcción de la residencia de ancianos de Vilariño de Conso.
photo_camera Estado en que se encuentra la construcción de la residencia de ancianos de Vilariño de Conso.

Busca estímulos tras el bajón de alumnos en el colegio, que amenaza su futuro, y el cierre del hotel

El pleno de la Corporación municipal de Vilariño de Conso aprobó el expediente de contratación de las obras de finalización de la residencia para la tercera edad y la adjudicación del servicio a la empresa que asuma la construcción. Con una capacidad de 75 personas y una plantilla de más de 40 trabajadores, el Concello que dirige la popular Melisa Macía Domínguez, cuantificó en casi dos millones de euros el coste de los trabajos a ejecutar en el edificio. La concesión será por 22 años, con un canon anual de 10.000 euros.

El Concello comenzó a hablar de la obra de la residencia para la tercera edad en el año 2000, con Ventura Sierra  al frente de la corporación municipal. Pasaron los años y del edificio únicamente continúa en pie la estructura. "Trátase da concesión de servicios con execución de obra. O risco para o Concello é pouco", explicó la regidora.

La votación plenaria se cerró con todos los votos a favor menos una abstención, la del independiente Domingo Domínguez Rodríguez. "Non podo ser cómplice dunha farsa. Cada catro anos, cando hai eleccións, falan da residencia. O xeriátrico non vai abrir. Bótase en falta o compromiso da Xunta e da Deputación", dijo.

La apertura de la residencia busca ayudar a frenar la pérdida de población que aqueja el Concello.  De los 15 alumnos que estudiaron el curso pasado en el colegio unitario de Vilariño de Conso, el centro pasó a solo seis matrículas este año, un número reducido que hace temer seriamente por su futuro. A su vez, el hotel-restaurante Marcolongo, el único de la localidad, cerró sus puertas en las últimas semanas. Si no se remedia, este mismo camino podrían seguir otros servicios de un Concello que el año 2000 tenía 854 habitantes y que en 2018 contabilizó 535, o lo que es lo mismo, perdió más del 37 % de su población en 18 años.


Un abanico de ayudas para fijar población


"O pobo está morrendo", se quejó el edil de la Agrupación Independiente de Vilariño de Conso (AIVIC) Domingo Domínguez. La situación también preocupa al equipo de gobierno. "Intentamos atraer empresas e incentivar a creación de outras", comentó la alcaldesa del PP, Melisa Macía. Para frenar la pérdida de población, el Concello creó varios programas para ayudar a las empresas, preferentemente a los autónomos. Desde la cesión de locales que en su día pertenecieron a Iberdrola o las facilidades para obtener licencias hasta las ayudas de hasta 300 euros para pagar la Seguridad Social. El Concello también se incorporó al Programa de Vivendas Baleiras, diseñado por el IGVS y la Fegamp para ofrecer alquileres de 130 a 170 euros y entró en el Programa ChegOU, de la Diputación, que asigna 500 euros por recién nacido.

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