La primera jornada de la recreación histórica en Pazos de Arenteiro se enmarca como el prólogo a la gran batalla de mañana
Los mil soldados franceses llegaron a Pazos de Arenteiro, liderados por Napoleón, para poner todo el pueblo patas arriba. Con sus armas y con la fuerza como lema sembraron el pánico entre mujeres, hombres y hasta obligaron al párroco. El municipio, casi como si de un sueño se tratase, retrocedió 200 años en su historia para volver a vivir un hecho que marcó sus vidas para siempre. Sus gentes vieron como el ejército de estas tierras, formado por sólo 300 hombres, mermaba las ansias de victoria de los franceses ganando la batalla.
En esta primera jornada de recreación histórica, los franceses estuvieron al mando, arrasando con el mercado y leyendo bien alto su bando. Sus primeras víctimas fueron el barbero, que fue obligado a afeitar a un oficial en el campamento del enemigo. El cura del pueblo no corrió la misma suerte. Don Xosé fue paseado por las calles del pueblo y ejecutado en el Adro. El capitán Bernardo González del Valle, "Cachamuíña", con sangre ourensana, llegó tarde, pero a tiempo de salvar la situación.
Pero no todo fue sangriento. La fiesta estaba asegurada. Música tradicional, danza, magia, cata de vinos y una gran variedad de puestos en el mercado fueron también un gran atractivo. Por la noche, los cuerpo no descansan, aunque al día siguiente espere el plato fuerte de esta fiesta. Los conciertos nocturnos de Os Varacunas, Os Serandeiros de Boborás e Xavi Castaña animaron la noche hasta bien entrada la madrugada.
Desde esta mañana y bien temprano, los soldados se preparan para la dura revuelta que les espera, revivir el 2 de mayo de 1809, A Batalla. El pueblo se mantiene en calma durante la mañana con el mercado, música en directo y obradoiros y danza del mundo. Pero, a partir de las 16,30 horas, la tensión ya se nota en el ambiente. El ejército gallego comienza con el alistamiento masivo de voluntarios en el espacio clandestino de reunión y ya se baraja la estrategia de actuación. A las 21,00 horas en el punto estratégico de A Ponte da Cruz será la gran batalla, la decisiva.
