De Camelle a Camariñas, un paseo por la Costa da Morte

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photo_camera El Faro de Cabo Vilán, vigila desde su promontorio el litoral de nuestra ruta de hoy (Foto: F. J. Gil)

Esta es una ruta pensada para emplear en ella muchas más horas de las que se tarda en hacer el recorrido, porque captarán nuestra atención muchas cosas que nos detendrán una y otra vez

El punto de partida, en Camelle lo ponen las esculturas que durante veinte años fue realizando Manfred el Alemán, a partir de los elementos que el mar depositaba en las rocas tras los temporales.

Desde el Museo del Alemán, la ruta sigue por un intrincado litoral, llega hasta Arou y, a partir de ese punto empieza un recorrido que nos llevará hasta la playa del Trece. Llegar hasta aquí ya habría justificado en sí mismo este paseo, e incluso el viaje hasta Camariñas desde cualquier lugar de Galicia. Descubriremos una playa en estado salvaje, puro. Con un catálogo de dunas como no encontraremos en otro lugar: las tradicionales que se mueven por el viento, las dunas fósiles, asentadas y fijadas por una vegetación autóctona que ha sido capaz de sobrevivir en estas condiciones tan extremas para la vida vegetal y en su límite norte, el Monte Blanco. No es un monte, sino la duna remontante más grande de toda la costa con una altitud que supera los 150 metros.

El sendero nos lleva al Cementerio Inglés,en el que descansan los cuerpos de más de 200 marineros británicos, la mayoría de ellos, procedentes del naufragio del Serpent, en noviembre de 1890.

El faro de Cabo Vilán nos sale a la vista kilómetros antes de llegar al impresionante promontorio en forma de península en el que está emplazado. Inaugurado en 1896, fue el primer faro con luz eléctrica de España. En sus salas se expone su historia y la de los naufragios en esa costa. Un pequeño bar nos permite reponer fuerzas antes de afrontar el tramo que nos dejará en Camariñas.

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