La feria medieval cerró después de tres jornadas en las que se combinó teatro, espectáculos, pasacalles y el mercado
O Carballiño volvió al siglo XXI después de tres días instalado en el Medievo. La feria A Liorta cerró ayer su tercera edición, en una jornada con protagonismo para el tiro con arco, espectáculos callejeros o pasacalles.
La actividad en la villa del Arenteiro arrancó a las 11,00 horas, con la apertura del mercado medieval. Allí, los visitantes pudieron encontrar puestos de todo tipo, desde bisutería de plata a juguetes de madera o marroquinería.
A mediodía, el grupo Celtius animó con un pasacalles el ambiente de una feria que, a esa hora, ya cogía color. Media hora más tarde, en la Praza da Veracruz, se celebró una exhibición de cetrería, en un escenario que, a lo largo de los siguientes sesenta minutos, acogería un espectáculos de tiro con arco y otro combate medieval.
Tras la comida, malabares. Y a las 18,00 horas, otro de "A mi guardia", de Circocido. Un poco más tarde, el mercado, que ya vivía sus últimas horas abierto, vería pasear entre sus puestos a los caballeros que, apenas quince minutos más tarde, combatirían en la Praza da Veracruz, en una de las citas que cerró A Lirota.