Crónica

La cestería sigue viva en Allariz

photo_camera La feria incluyó demostraciones en vivo, como el de este cierre.

Santa Mariña de Augas Santas albergó ayer el sexto encuentro de cesteiros, un antiguo oficio que el Concello se ha propuesto recuperar para dinamizar la actividad económica de esta singular parroquia alaricana.

Santa Mariña de Augas Santas, en Allariz, se trasladó ayer al siglo pasado con motivo de la celebración del sexto "Encontro de Cesteiros" organizado por el Concello para dinamizar el oficio y la actividad económica de la localidad. Solo la ropa y los teléfonos de última generación desentonaban en una jornada de convivencia y exaltación del viejo oficio tradicional de transformar las fibras de origen vegetal en auténticas piezas de arte.
De las fachadas de las casas alaricanas colgaban cestos, muchos elaborados por sus moradores en los diferentes cursos que se imparten en la Escola Municipal de Cestería, ubicada en la travesía que va a la iglesia, monumento declarado Bien de Interés Cultural (BIC). A ras de suelo, los objetos de decoración colmaban los diferentes puestos de artistas profesionales y aficionados llegados desde diferentes puntos de la geografía gallega. 


Cestos, sombreros, revisteros, canastas, bolsos y hasta originales cactus y burros decorativos llamaban la atención de vecinos y visitantes. "É unha auténtica obra de arte", coincidía un matrimonio madrileño en su primera e inesperada visita al núcleo alaricano. "Veníamos a ver el castro y nos hemos encontrado con esto", confesaron.
Desde la mañana a la tarde, el núcleo recibió un flujo constante de visitantes, que disfrutaron de los puestos de venta y exhibición, así como de los obradoiros de cestería previstos por la organización. Como buena jornada festiva gallega, no faltó en Allariz la exaltación musical de la mano de Rancho Folclórico Roda de Probesende y gastronómica, con una comida-degustación de carne de buey. 


Carliños González, Álvaro Martínez Leiro, Rubén Berto Covelo, Lola Reimúndez, Carmen Recimil, conjuntamente con los alumnos de la Escola de Cestería alaricana y el "ferreiro" local, Cid Tesouro, fueron los nombres propios de una jornada que permitió divulgar las técnicas y corroborar que, en pleno siglo XXI, el arte cestero sigue vivo en Galicia.

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