Las vacaciones tienen los días contados. Nos despedimos de la playa y le damos la bienvenida -sin demasiadas ganas- al despertador, la oficina y la vuelta al cole.
Las vacaciones tienen los días contados. Nos despedimos de la playa y le damos la bienvenida -sin demasiadas ganas- al despertador, la oficina y la vuelta al cole. Toca volver a empezar: septiembre es, en cierto modo, 'el otro enero'. Nos prometernos comenzar en el gimnasio -y no tirar la toalla a los dos meses- y cuidarnos para contrarrestar todos los efectos que la vida relajada, el chiringuito y las cañas han dejado en nuestro cuerpo en forma de kilos de más.
Pero que no cunda el pánico: recuperar la silueta es posible. Además, no se trata de seguir 'dietas milagro' o de vivir en el gimnasio, sino que es una cuestión de constancia. El siguiente decálogo puede ayudarte.
- Ve andando a los sitios y di adiós al ascensor. Sí, es más cómodo coger el coche o el bus, pero si puedes llegar caminando, mucho mejor. Cambiando pequeñas costumbres como éstas, estaremos ejercitándonos sin darnos cuenta.
- Practica deporte regularmente. El gimnasio no es la única opción, también puedes optar por la bici o salir a correr.
- Establece un horario de comidas. Adiós a desayunar a las doce, comer a las cuatro y cenar cuando cuadre.
No te saltes el desayuno. Si quieres perder peso, con más razón todavía. Es imprescindible para poner en marcha el metabolismo.
- Haz cinco comidas diarias. Las tres principales más un tentempié a media mañana y la merienda. De este modo, no devorarás en la comida y la cena y tampoco picarás entre horas.
- Vigila las cenas. Espera, al menos, dos horas para irte a dormir; evita los hidratos de carbono y trata de que sean ligeras: las pizzas y los bocadillos de los meses de verano no son una opción.
- No te olvides de la fruta. Mucho más saludable que un pincho o un helado a media tarde.
- Bebe agua. Mantenerse hidratado y depurarse es esencial.
- Di adiós a los refrescos, a la bollería industrial y a los fritos. Y prueba a cocinar al horno o a la plancha.
- Duerme entre siete y ocho horas. Está demostrado que dormir poco se relaciona con el aumento de peso.
