A falta de los datos definitivos, las degustaciones rondaron las 26 mil, una cifra que estará muy cercana a la registrada en la pasada edición del 2016
Verín cerró ayer las casetas de las 15 bodegas de la Denominación representadas en la duodécima edición de su Feira do Viño con una participación muy similar a la registrada en el 2016. La eclosión del pasado año, que supuso un punto de inflexión con respecto a anteriores convocatorias, no se llegó a superar en el 2017, pero "los datos que manejamos nos hacen pensar que estuvimos muy cerca de las degustaciones contabilizadas el año pasado", dice el alcalde Gerardo Seoane.
Una de las novedades incluidas dentro de la oferta lúdica, el museo del vino, mantendrá abiertas sus puertas al menos un mes más, como respuesta a la demanda registrada por los visitantes. Sin ir más lejos, el pasado sábado transitaron por el mismo 300 personas, pese a encontrarse en la plaza de la Merced de la villa, cuando las degustaciones tenían lugar en la Alameda. Nova Era, uno de los grupos de gaitas de Verín, comenzó la sesión musical de la tarde de ayer, pasadas las ocho. La plaza García Barbón registró un poco más tarde un lleno absoluto con el concierto de Roi Casal, que presentó en la villa verinense su trabajo Son galego, son cubano.
La Feira do Viño de Verín no contó este año con una de las bodegas cabeceras de la Denominación, Crego y Monaguillo, por el reciente fallecimiento de su fundador. Blanco Núñez y Ladairo también perdieron este año a sus principales valedores.
