VERANO

Georgie Dann: "La música es muy ecléctica, no hay por qué hacer lo que hacen los demás"

georgie_dann_001perfil
photo_camera Georgie Dann en una de sus actuaciones.

No le he preguntado por la edad, en su página web no figura, aunque realmente la vitalidad y energía que destila al teléfono y encima de un escenario, seguro no van parejas a lo que dice su cédula de identidad.

Es él, el verdadero rey de la canción del verano. ¿O es que hay alguien de esta provincia que no ha movido el esqueleto alguna vez en las últimas cuatro décadas -¡señor, señor!, ¡cuarenta años!- con alguno de sus temas? Georgie Dann estará este sábado en Redondela, a medianoche, invitado por el Concello pontevedrés a celebrar una edición más de su carnaval de verano. Allí sonarán sus grandes éxitos, incluso algunos de los más recientes -¡Qué viva el vino!-, que estará en su próximo disco que verá la luz en enero o febrero. 

Músico de conservatorio, con un padre deseoso de convertirlo en uno de los miembros de alguna filarmónica, "pero había que esperar a que alguno se muriese, me decían, y yo no podía estar esperando. ¿Ese era el futuro que me esperaba? No. Empecé en una gran orquesta de una sala de fiestas de Montparnasse, haciendo una sustitución. Tuve la oportunidad de vivir grandes experiencias, en París en aquella época estaban los más grandes del jazz y a todos pude estrecharle la mano. Luego tuve mis contactos con el rock. Yo no podía estarme quieto". 

¿Fue España el primer país donde comenzó la gran carrera de este cantante? 

No. Vine al festival de la canción del Mediterráneo representando a Francia. Había comenzado mi carrera en solitario y presentaba la canción "Tout ce que tu sais". Fue muy gracioso. Yo, por entonces, bailaba mucho -todavía lo hace ahora y ustedes lo saben-, no me paraba quieto. El regidor de Televisión Española, que hablaba muy bien el francés, me marcó una cruz en el escenario y me dijo: "Usted, de aquí no se mueve, si se mueve de aquí desaparece de la pantalla". A la mañana siguiente, el comentario a nivel nacional fue "¡el francés, el francés ese que salía de la pantalla!" Al terminar el festival, un señor de color, cubano, llamado Félix Alarcón me dijo, "yo llevo a los grandes de Francia a la TV de México y me gustaría llevarle". Y allá me fui. A ese programa que presentaba Pedro Vargas, el gran cantante. 

Su música bebe entonces de Latinoamérica.

Sí, tiene mucho de su influjo. Si en París conocí a los grandes del jazz, al otro lado del Atlántico tuve la oportunidad de conocer, entre otros, al gran Roberto Cantoral. ¿Recuerdas? Reloj... no marques las horas... -canta-. Allí tuve grandes éxitos, en México estuve ocho meses, luego a Venezuela, dos meses y medio. De ahí a Argentina, a Perú, a Colombia, no había forma de bajar. Cuando volví a Europa, ya había triunfado allí. A mí me marcaron mucho los folclores de Sudamérica. Por ejemplo, en Ecuador, la canción de "El negro no puede" fue la primera que en toda la historia del país superó las 100.000 copias vendidas. Incluso un candidato blanco a la presidencia utilizó la frase del estribillo para sus carteles. El otro candidato era negro, por primera vez. El pobre, perdió. Escribí esta canción porque estaba cansado de que todos me preguntasen "ehhh... ¿ya se sabe lo que quiere el negro?".

¿Qué se siente sabiendo que ha hecho feliz a tanta gente, que alguien pone un disco suyo y seguro que es imposible no empezar a mover las piernas?

Es una enorme satisfacción. Cada persona que se acerca la veo como ya alguien de la familia, porque todos lo hacen con un enorme cariño. Pero no solamente aquí. Recuerdo que mi hijo terminó los estudios en Escocia. Lo fui a ver tres o cuatro días. Y me decía, "papá, no se puede ir contigo a ningún lado". Me paraban, me pedían autógrafos. Y, en Galicia, ¡qué te voy a decir de Galicia? 

¿Cuál es su niña bonita?

Hay muchas. Cuando canto El Bimbó, ¡no te puedes imaginar cómo levanta el ánimo la gente! Con esa canción fui número uno en once países la misma semana. No sabíamos a dónde ir. Israel, Venezuela, Grecia, Argentina, Japón, ... 

Me puede desvelar la fórmula para haber sido siempre el rey.

Yo siempre he compuesto cuando tengo una idea. Luego no sé qué va a pasar. Los discos, con una u otra compañía, siempre salían para el mes de marzo y abril. Y, bueno, daba en el clavo. El público es el que manda. Mis ideas no comulgan con las de los demás. Ha salido este ritmo y todos han hecho canciones con este ritmo. Para mí va muy lento. La música es ecléctica. No hace falta hacer lo mismo que los demás. En el próximo disco, tengo un tema, que no digo el nombre, que sé que va a funcionar. Creo mucho en él. Hay como un ansia de que Georgie Dann haga cosas.

Te puede interesar