VACACIONES

No hay septiembre sin "estrés postvacacional", o eso parece

photo_camera El otoño está a la vuelta de la esquina, y hay quien ya sufre por su llegada inminente.

Otro año más, se vuelve a hablar de la conocida depresión anímica que ataca tras el verano

Por el momento no hay medicación para combatirlo (al menos específica), pero desde hace unos años, con cada mes de septiembre llega la oleada de piezas informativas que hablan del "estrés postvacacional" de aquellos que vuelven en estos días a su trabajo. 

Según un estudio realizado por una empresa española dedicada a la investigación, la cuesta del próximo mes se hace dura por la obligación de madrugar (37,63%), retomar la rutina (18,14), la falta de tiempo libre (11,63), la reducción de las horas de sol y la bajada de las temperaturas (11,62%), "volver a empezar" (10,70%), y el trabajo acumulado (10,23%). Sin duda, tras el descanso de las vacaciones no resulta fácil acostumbrarse a los ritmos del curso, pero no por ello es necesario caer en el desánimo absoluto. Como cualquier otra situación vital no deseada, lo primero es identificar la sensación de desánimo y lo segundo tomar decisiones para afrontar los cambios de otra forma. 

Encuentre cuál es el deporte que le gusta (o pasee, que es más barato), cuide su alimentación (después de los excesos estivales lo normal es que haya engordado un par de kilos) e intente buscar qué es lo que a usted le ayuda a sobrellevar la rutina. El conocido anuncio de la "vuelta al cole" competía con los de fascículos y colecciones, lo que demuestra que con un nuevo curso también viene la oportunidad de descubrir nuevas aficiones y otras maneras de ocupar el tiempo libre. Es un momento perfecto para descubrir qué es lo que puede hacer más sencilla esta etapa, y no se olvide de que después de septiembre llega octubre, con sus anaranjadas hojas secas, sus bufandas recuperadas del fondo del armario, sus deliciosas castañas y la sensación de meterse bajo una manta cuando empieza a hacer frío fuera. 

Cómo detectar si usted es parte del grupo afectado

Los principales síntomas que achacan a aquellos que sufren "estrés postvacacional" son tres: la desgana (para el 42,33 por ciento de los encuestados), la tristeza (el 14,42) y la apatía (10,70). 

En cuanto al tiempo durante el que se pueden mantener, varía dependiendo de las personas, de su carácter y de su capacidad para adaptarse a cambios no deseados. No obstante, en la mayor parte de los casos (46,51 por cien), la sensación depresiva tiene una duración máxima de una semana. El 30,23% manifiesta que el malestar dura tan solo un día; 15 días para el 15,81% de los encuestados, mientras que para el 8,84 la cuesta de septiembre se puede alargar hasta final de mes. No hay que olvidarse de que octubre llegará, y de que aunque cueste "muchísimo" acostumbrarse a la rutina (según el 13,49%), también hay un 10,23% de la muestra para la que no cuesta "nada" volver al trabajo. Como siempre, todo es cuestión de perspectivas y de formas de entender los ciclos naturales de la vida. O quizás ha llegado el momento de alargar las vacaciones más de lo permitido, arriesgarse y marcharse a recorrer el mundo. Quién sabe.

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