La Festa da Istoria de Ribadavia transportó de nuevo a la villa en un entorno medieval que conquistó a unas 30.000 personas
Ribadavia jugó ayer de nuevo con el calendario y retrocedió e la Edad Media, en un ejercicio habitual todos los años el último fin de semana de agosto. El buen tiempo jugó a su favor y fue un aliciente más para acercarse y disfrutar de una de las fiestas más emblemáticas de Galicia. Pese a la ausencia de cifras oficiales, las estimaciones hablan de que más de 30.000 personas disfrutaron de las distintas actividades que se celebraron durante toda la jornada sabatina.
La lectura del Bando da Istoria abrió el programa festivo a las 10,00 horas, y media hora más tarde, el banco Alhóndiga, situado en la Praza Maior, abrió sus puertas para que todos los participantes de este festejo empezaran a efectuar el cambio de euros por maravedíes, la moneda oficial durante toda la jornada festiva. Ese año se cambiaron un total de 200.000 euros.
Las calles de Ribadavia ya estaban abarrotadas cuando empezó el Gran Desfile da Istoria que llevó a todos los participantes hasta el Castillo de los Sarmiento, en cuya entrada tuvo lugar la lectura del pregón oficial que corrió a cargo de una emocionada Erundina Pumares, escogida por la Coordinadora por su gran trayectoria y vinculación con esta fiesta.
Fue una de las primeras organizadoras y estuvo vinculada durante muchos años al grupo que asumió las tareas organizativas. En la actualidad sigue colaborando, pero ya como voluntaria, alejada del ajetreo y la responsabilidad de un evento de estas características. Al terminar, y en el mismo escenario, se entregaron la Medallas a los Notables de la Istoria.
A las 13,30 la comitiva de la Voda Xudia salió de la rúa dos Fornos hacia la Igrexa da Oliveira, donde tuvo lugar la ceremonia y al terminar muchos de sus participantes se acercaron hasta la Iglesia de la Madalena para participar en el Xantar Medieval. Todo el programa se fue cumpliendo tal y como estaba preparado y el público pudo disfrutar de exhibiciones de cetrería, arqueros, acrobacias y por supuesto del Torneo Medieval de la mano del Grupo de Especialistas Hípica Celta, que una vez más se convirtió en una de las actividades con más participación, sorprendiendo a niños y mayores.
La música y el baile también fueron protagonistas. Los integrantes del grupo de Baile Donas sen Cabaleiros, hicieron varias coreografías en la Praza Maior y en el Castillo. Los espectáculos continuaron hasta casi la medianoche, el concierto fin de fiesta corrió a cargo del Grupo Tiruleque. Ribadavía, una vez más cumplió con su cometido, convertir la villa en una fiel recreación del medievo.
