VACACIONES EN EL MIÑO (1 DE AGOSTO)

Piscinas, coches y digresiones

31.07.15.TABOADELA.PISCINAS.MUNICIPAIS.CAFETERIA.BAÑISTAS.ENTORNO.
photo_camera Las piscinas de Taboadela, situadas en el Monte de San Juan.

En el monte San Juan (Taboadela), aprovechando bien rocas, árboles e inclinaciones del terreno, se encuentra esta piscina que es como una especie de paraíso

En el monte San Juan (Taboadela), aprovechando bien rocas, árboles e inclinaciones del terreno, se encuentra esta piscina que es como una especie de paraíso: bonito paisaje natural, poca gente entre semana, agua limpísima, piscinita aparte para los críos y chiringo para tomar cerveza con chasquis en chancletas y bañador mojado, uniforme chiringuitero oficial.

Al volver de la piscina cae una parada en la plaza del pueblo (cuya foto pueden ver en el artículo de abajo) y, de paso, tomar una cerveza en el bar de enfrente. Ir por la carretera parando a tomar cervezas es una de las mejores cosas que se puede hacer en verano pero para ello es imprescindible la condición de copiloto.

Para ser eternamente copiloto y así no tener que preocuparse del grado de alcohol en sangre ni de la dirección correcta es necesario ser completamente nula con el coche. Si se han sacado el carnet a la cuarta y solo porque el examinador que les tocaba era amigo de su profesor, si luego no han vuelto a usarlo nunca, si necesitan unos segundos para pensar cuál es la izquierda y la derecha, ahí lo tienen: siempre serán copilotos, el mejor status del mundo.

Pero me estoy yendo del tema principal. Lo que me recuerda un fragmento de “El Guardián entre el Centeno” en el que el protagonista habla de una clase en la que un compañero tenía que contar una anécdota y, si se iba del tema, sus compañeros tenían que gritar “¡Digresión!” pero el protagonista nunca lo hacía, pues le gustaban más las anécdotas surgidas al hilo que la historia principal.

Pero me vuelvo a ir del tema: hablaba de que me había ido del tema. El tema era lo estupendo que es ser copiloto. Ah, no, las piscinas… Bueno, qué más da, a lo que iba: ¿han leído “El Guardián entre el Centeno”?

Mira Ourense / La muerte os sienta tan bien

Hace 40 o 50 años (leo por ahí, yo aún no estaba) la muerte de una persona era un hecho _muertenatural que acontecía en el hogar y que formaba parte del ciclo de la vida: los humanos (como las cucarachas) nacemos, crecemos, nos reproducimos (o no) y morimos. Es así. O así era. Porque ahora la muerte se aparta de todos los ámbitos: ya no se muere en casa, si no en hospitales y residencias de ancianos; no se escriben best-seller sobre la muerte de su protagonista; la vejez y la decrepitud son dos pecados de los que se debe huir como de la peste y los cementerios se suelen colocar en sitios poco visibles o incluso a las afueras de la ciudad. ¿Se imaginan el cementerio de Ourense en plena Plaza Mayor, al lado del Ayuntamiento? Pues eso es lo que tienen en Taboadela: su plaza con la Casa Consistorial, su palmera, sus banquitos de piedra y su iglesia con su cementerio, todo juntito y bien a la vista. Me gusta, sí señor, me gusta.

Dulce Hogar / Estocolmo

stockholm-poster-2013Hoy, para quedarse en casa, les recomiendo una película (que pueden ver online en queveohoy.com) muy, muy bien dirigida, que está ganando un montón de premios en festivales, que se hizo mediante crowfunding, que tiene una actuación impecable, que te mantiene enganchada la hora y media entera, que tiene un final que te deja del revés y que (ahora sí que sí) es española.

¿Una película española buena? Sí. ¿En serio? En serio. ¿Hecha mediante crowfunding? Sí, también llamado micromecenazgo. ¡¿Española buena?! Que sí, copón, que sí.

 “Stockholm” está dirigida por Rodrigo Sorogoyen (nominado al Goya a la mejor dirección novel) interpretada por Javi Pereira (Goya 2014 al mejor actor revelación) y Aura Garrido, y guionizada por el propio Sorogoyen e Isabel Peña. La historia parte de un planteamiento muy sencillo que, a fuerza de buen guión y excelente dirección de actores (a cargo de Eduardo Villanueva), se encamina por derroteros muy honestos (con lo cual originales) hasta llegar a un poético punto final.

Si piensan que les recomiendo la película porque Rodrigo Sorogoyen (dirección) me cae muy bien o porque Isabel Peña (guión) y Eduardo Villanueva (dirección de actores) son dos de mis personas favoritas, se equivocan. Lo hago a pesar de ello, pues la envidia por un trabajo tan bien hecho, cuando es hacia gente conocida, reconcome hasta la médula. Pero he pensado que recomendarla sería bueno para mi karma, así que ahí la dejo: “Stockholm”.

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